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El Instituto Balseiro abrió las inscripciones de seis carreras de ingeniería y física este 1 de febrero. Hay dos fechas límite para anotarse, dependiendo del lugar de residencia. Los detalles de los requisitos, en esta noticia.

Fecha de publicación: 05/02/2024

La convocatoria para el ingreso al Instituto Balseiro ya está abierta desde el 1 de febrero tanto para sus cuatro carreras de grado como para sus tres maestrías en física e ingeniería. En todas las carreras se brindan becas completas de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

El cierre de inscripciones en esta institución dependiente de la CNEA y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO), tiene doble fecha: el 19 de febrero a las 16 hs, para residentes en el extranjero; y el 29 de febrero a las 16 hs, para residentes en Argentina. El examen se tomará el 15 de marzo y el inicio de clases será el 1 de agosto.

Carreras de grado

Las carreras que abrieron sus inscripciones de 2024 son la Licenciatura en Física, Ingeniería Nuclear, Ingeniería Mecánica e Ingeniería en Telecomunicaciones. El proceso de admisión es el mismo para estas cuatro carreras y consta de dos etapas, de modalidad presencial: una prueba escrita de física y matemática, que se tomará el viernes 15 de marzo de 2023; y, para quienes pasan esa primera prueba, una entrevista personal, con fechas a definir. 

El calendario de fechas de inscripciones y exámenes, que ya está publicado en el sitio web del Balseiro (www.ib.edu.ar), es clave porque cada postulante puede planificar así su preparación para los exámenes. 

“Contamos con una cátedra virtual con profesores del Instituto que ayudan a estudiantes de carreras de grado a preparar la prueba escrita de matemáticas y física. Invitamos a conocer esta oportunidad y a postularse para estudiar una carrera de física o ingeniería”, comentó el director del Instituto Balseiro, Mariano Cantero.

¿Dónde se podrá rendir la prueba escrita el 15 de marzo? Como ya es tradición, se podrá rendir en siete ciudades de Argentina: San Carlos de Bariloche, Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Rosario, Salta y Tucumán. Además se tomará en distintas sedes de países de la región.

Un detalle a tener en cuenta es que para las carreras de grado, en el Balseiro se ingresa a partir del tercer año de estas propuestas académicas. Por lo tanto, previo a rendir el examen de ingreso al Balseiro deben haber cursado los dos primeros años de carreras de física, ingeniería o afines en otra universidad. En esta página se puede encontrar más información sobre el ingreso al IB (https://www.ib.edu.ar/ingreso/carreras-de-grado.html). 

Maestrías

Las maestrías que abrieron sus inscripciones son la Maestría en Ingeniería, la Maestría en Ciencias Físicas y la Maestría en Física Médica. Las fechas de cierre de inscripciones son para la Maestría en Ingeniería y la Maestría en Ciencias Físicas el 19 de febrero a las 16 hs, para residentes en el extranjero; y el 29 de febrero a las 16 hs, para residentes en Argentina; mientras que para la Maestría en Física Médica será el 30 de abril.  

Se puede encontrar más información sobre las fechas y los requisitos para la inscripción ingresando a esta página web (https://www.ib.edu.ar/ingreso/carreras-de-posgrado.html

Con respecto a las becas, son otorgadas por la CNEA a ingresantes de todas las carreras de grado y maestrías. Las becas permiten cubrir los gastos de alojamiento, comida y otros, y sus valores se ajustan de manera periódica. El objetivo de las mismas es permitir que cada estudiante pueda dedicarse, sin preocupaciones económicas, de forma exclusiva al estudio.

Para las personas con interés en conocer más cómo es estudiar en el Instituto Balseiro, hay mucho material disponible en la sección de notas y entrevistas de ib.edu.ar y en el canal de YouTube (bit.ly/youtubebalseiro). También hay testimonios, fotos y reels sobre las carreras de ingeniería y física en las cuentas del Balseiro en las redes sociales. 

Sobre el Instituto Balseiro

El Instituto Balseiro es una institución pública de educación superior, dependiente de la CNEA y UNCUYO. Su oferta académica incluye cuatro carreras de grado: Licenciatura en Física, Ingeniería Nuclear, Ingeniería Mecánica e Ingeniería en Telecomunicaciones. Además, se pueden estudiar tres maestrías (en Física, Ingeniería y Física Médica), tres doctorados (en Física, Ciencias de la Ingeniería e Ingeniería Nuclear) y la Carrera de Especialización en Aplicaciones Tecnológicas de la Energía Nuclear (CEATEN).

El equipo docente del Instituto Balseiro está compuesto por profesionales de la ciencia y la tecnología referentes en sus áreas y priorizan una enseñanza personalizada. La mayoría se desempeña en los laboratorios de investigación y desarrollo (I+D) del Centro Atómico Bariloche o en empresas como INVAP. A su vez, las aulas del Balseiro están rodeadas de hermosos paisajes del norte de la Patagonia, con lagos, montañas y ríos para disfrutar en las cuatro estaciones del año. Más información, en: linktr.ee/ingresobalseiro

 

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Área de Comunicación Institucional y Prensa

Crédito foto: ACIyP

Instituto Balseiro, San Carlos de Bariloche, 05/02/2024

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El ingeniero rionegrino Miguel San Martín trabaja en las misiones que llevan robots a Marte. Cómo llegó a trabajar en el mítico JPL de la NASA, cómo es trabajar allí y cuáles son sus planes a futuro forman parte de esta entrevista realizada un día antes de su participación como expositor en el evento “Migración de ideas”, organizado en Bariloche por Fundación Balseiro. 

Fecha de publicación: 11/11/2022

“Perserverancia” es uno de los robots de la Tierra que están de visita en Marte. Con sus ojos-cámara y sus brazos robotizados, el vehículo “rover” recolecta muestras del suelo y envía información científica para develar los secretos marcianos. Antes de esa misión, que aún está activa, hubo muchas más similares. En todas las que tuvieron éxito, es decir, aquellas en las que se logró que los rovers descendieran “sin un rasguño”, participó el ingeniero argentino Miguel San Martín. Lo hizo desde su trabajo como Jefe de Ingeniería para el Guiado, Navegación y Control de naves espaciales del JPL (siglas en inglés de “Laboratorio de Propulsión a Chorro”) de la agencia espacial estadounidense NASA.

Invitado a participar en el evento “Migración de ideas”, que se realizó el sábado 29 de octubre en Bariloche (y que se puede ver en video en migraciondeideas.org), Miguel San Martín llegó a Bariloche. Un día antes de su presentación como orador en ese evento, que es organizado por Fundación Balseiro con el objetivo de crear diálogos entre las ciencias, la cultura, la educación y el mundo empresarial, San Martín visitó el campus del Instituto Balseiro (CNEA-UNCUYO) y el Centro Atómico Bariloche. Allí dio esta entrevista, cuya versión “en crudo” también se puede ver en el canal de YouTube “Instituto Balseiro” (bit.ly/youtubebalseiro).

A sus 63 años, el ingeniero es rionegrino (nació en Villa Regina, Argentina) y es egresado del colegio industrial Pío Nono. Vive en los Estados Unidos, donde se recibió de ingeniero electrónico en la Syracuse University y de Magíster en Ingeniería Aeronáutica y Astronáutica en el Massachusetts Institute of Technology (MIT). En su CV se incluye haber trabajado en sistemas de Guiado, Navegación y Control de misiones que lograron “amartizar” a los rovers Pathfinder, Spirit, Opportunity, Curiosity y Perserverance en el planeta rojo.

Apasionado de su trabajo, ante la consulta de cuáles son sus tres hobbies favoritos, responde: “Aunque queda mal decirlo, mi trabajo es mi Hobby número uno, porque realmente lo disfruto y le invierto mucho tiempo”. Aunque también cuenta que otro hobby es escuchar todo tipo de música, y que le gusta mucho el jazz. “Y comer, obviamente, como buen argentino”. Además, cuenta que le fascina leer sobre la historia del proyecto Apolo y opina que muchos de esos libros “son casi ciencia ficción”. Una de sus películas favoritas es Apolo 13 y que también le gustó mucho la serie “The Wright Stuff”.

-¿Cómo es trabajar en el JPL?

-En cierto modo es un ambiente que les resultaría familiar a ustedes porque es académico. Dependemos de Caltech. La NASA está organizado en diferentes centros que están geográficamente distribuidos, no todos conocen: el Johnson Space Center en Houston, el Kennedy Space Center en Florida, y hay varios más. El JPL está en Pasadena, en el área de Los Ángeles, pero es distinto al resto de los centros de la Nasa en que depende de Caltech. La NASA tiene un contrato con la universidad de Caltech para operar el JPL. Entonces tenemos una conexión con el mundo académico que hace que uno se sienta un poco más como una universidad. Y la onda es así, de ese tipo de más académica y más relajada. En ese sentido los estudiantes del Balseiro se sentirían muy cómodos porque es ese estilo. Obviamente se trabaja muy duro pero se trata de ser informal pero eficiente, obviamente, sino no podríamos hacer las misiones.

-Trabajás hace más de 30 años allí, ¿cómo fue que llegaste al JPL?

-Es una larga historia: puedo decir que empezó bajo los cielos patagónicos de Villa Regina cuando de chico ya tenía pasión por la ingeniería. Íbamos a la tranquera donde se veía un cielo hermoso y mi padre me enseñaba las estrellas. Él era ingeniero civil así que para para hacer caminos en la Patagonia se tenía que guiar por estrellas. No existía el GPS en aquella época. Así que conocía las constelaciones. Ésa fue mi primera entrada a amar el cielo, el universo. Después vino el proyecto Apolo y luego vino el proyecto Viking, que justo yo estaba en Villa Regina en vacaciones de invierno cuando aterrizó. Esa mañana cuando fui al pueblo, que se hacían las compras siempre a la mañana, fui al kiosquito y el diario Río Negro tenía la foto de la patita de la sonda en la superficie de Marte. Ahí me dije: “Esto es lo que yo quiero hacer”. El próximo paso fue preguntarme cómo hago eso y mi padre sugirió: “Andá a hacer la universidad…”. (N. de la R.: a los Estados Unidos).

-¿Tenías chances de ir allá? ¿Tenías familia en los Estados Unidos?

-No, no tenía nada y mi inglés era bastante precario. Sabía todo lo que te enseñan en el colegio, toda la gramática pero no podía hablar ni mucho menos escuchar. Había ido al colegio técnico, al Pío Nono. En esa parte me sentía muy bien preparado: en la matemática, la física, la electrónica. Pero tenía el inglés, a pesar de haberlo estudiado toda mi vida, con muchos problemas. Por suerte lo que sí tenía mi favor era que mi padre me podía costear los estudios. Así que terminé el colegio de secundario en diciembre y en enero ya partí para Estados Unidos, sin un plan concreto, a buscarle la vuelta. Logré que me aceptaran en Syracuse University. Fracasé en entrar a Cornell, que es una universidad muy prestigiosa. No me aceptaron y por un momento parecía que toda la aventura no iba a durar ni un año. Pero le encontré la vuelta para que me aceptaran en Syracuse University, donde saqué muy buenas notas. Después pude aplicar a varias universidades y me aceptaron este en el MIT, en Stanford y Carnegie Mellon.

-¿Por qué elegiste el MIT?

-Elegí el MIT porque ahí fue donde habían desarrollado el sistema de guiado, navegación y control para Apolo. Así que este quería estudiar con esos profesores que habían participado de Apolo. Después, una vez que estás ahí, y te graduás de una universidad como el MIT, los centros de la NASA e incluso las industrias privadas van a buscar estudiantes. Así que como se presentó JPL, me puse el traje con corbata. Nadie usa traje con corbata en JPL pero yo no sabía (risas). Me entrevistaron, después me pagaron un viaje en avión, me hicieron otra entrevista y me ofrecieron un trabajo. Es el único trabajo que he tenido.

-Después vinieron los rovers: las misiones Magallanes a Venus, Casini a Saturno, Pathfinder a Marte. ¿Cómo es trabajar de ingeniero de robots que van a Marte?

-Y… A veces a uno le cuesta… Como toda actividad humana hay momentos de grandes frustraciones porque todas estas aventuras están hechas por seres humanos. Nunca estamos todos de acuerdo en todo. Siempre hay dificultades, problemas de presupuesto… De vez en cuando, cuando estamos medios con el alma un poco en el piso, tenemos que decir: “Recordemos en lo que estamos trabajando. Estamos trabajando en poner una sonda en la superficie de Marte. Pretty cool”. Entonces eso nos vuelve a recargar las baterías.

-Pensar en el objetivo…

-Sí, el objetivo y poder superar todas las cosas que no son tan agradables. Pero el objetivo siempre está ahí. Y uno se acuerda después de haber tenido la primera experiencia. Ver un vehículo aterrizar en Marte y que uno tuvo algo que ver es una experiencia que nunca se olvida. Te ayuda para la próxima y la próxima… Pero no es todo fácil y divertido porque es como todas las cosas difíciles en la vida. Pero tiene una gran recompensa al final y eso lo que nos permite superar todas esas dificultades.

-¿Qué es lo que más te gusta de la ingeniería?

-Me encanta, frente a un problema… Siempre digo que nunca estoy tan feliz y miserable al mismo tiempo como cuando tengo un problema que resolver. Feliz, porque me gusta; y miserable, porque es trabajo. Es a veces desvelos, pasándote toda una noche mirando al techo tratando de buscarle la vuelta. No siempre ocurre pero cuando ocurre algo que me da tremenda cantidad de placer es poder llegar a la base del problema, a las raíces del problema. Muchas veces, veo que los ingenieros jóvenes saltan a buscar soluciones antes de entender el problema. Hay soluciones pero son soluciones que simplemente tratan los síntomas del problema y no la raíz. Lo más lo que más me divierte es tratar de buscar cuál es la raíz de ese problema. Muchas veces cuando vas a la raíz del problema, la solución es mucho más simple. Incluso la solución aparece sola cuando encontrás la raíz del problema. No siempre ocurre así pero cuando ocurre eso es lo que más me apasiona. Pero es una lucha buscar… Tiene que haber una razón detrás de este problema difícil, algo que es sencillo. Una vez que le sacas todo lo de arriba y está ahí abajo… La raíz del problema y la solución vienen juntas. Eso es lo que lo que me gusta la ingeniería.

-Está el debate del viaje tripulado a Marte o a la Luna … En una nota comentaste que todo el mundo se preocupaba por ir a Marte y que primero hay que regresar a la Luna. ¿Cómo pensás que van a ser los próximos años con respecto a los viajes tripulados?

-En primer lugar, sí, hay una tensión y no estamos todos de acuerdo en cuanto el valor de los vuelos tripulados. Hay muchos que piensan que las misiones robóticas son todo lo que deberíamos hacer. No estoy de acuerdo con eso. Me parece que una combinación de ambos es importante, porque el ser humano tiene el deseo de ir en forma personal a explorar diferentes mundos. Primero este mundo y ahora otros mundos. Y me parece que tal vez no se puede explicar por qué, pero que es una tendencia que nos ha redituado en la vida. Cuando se han ido, “Para qué te vas para allá” y “No sé pero yo voy para allá” y después descubrís América o algo descubrís… Te venís a la Patagonia y descubrís el lago Mascardi, Bariloche, todo lo que sea… Para mí es un instinto humano fundamental y tiene que ser parte también de explorar otros mundos.

-¿Y esto de ir a la Luna o a Marte?

-Claro, la Luna fue fácil relativamente, comparado con Marte. Marte es muy difícil. El problema es que aquellos que quieren ir a Marte derecho sin pasar por la Luna, porque son fanáticos de Marte y dicen “ya hicimos la Luna”, al final hacen que terminemos con nada porque es un salto demasiado grande. Así que finalmente en la NASA, en los Estados Unidos, hay un consenso importante, porque involucra a los políticos, que son quienes ponen los recursos, de que hay que ir primero a la Luna y aprender a vivir de los elementos de la Luna. Porque en la Luna quizás no necesitás tanto pero para Marte lo vamos a necesitar.

-Entonces la Luna es más que importante…

-La Luna sería un lugar para probar cómo podemos hacer combustibles de los materiales de los elementos que ya están en la Luna. Y construir una infraestructura para ir a la Luna con la que después sea más fácil hacer el puente a Marte. Así que hay una oficina dentro de la NASA para asegurarnos de que esto no sean simplemente palabras, que se llama “Moon to Mars”. Así que hay ya un grupo ya asegurándose de que todas las actividades de la Luna que se están haciendo tengan una proyección hacia Marte, a pesar de que el objetivo inmediato es la Luna y no Marte.

-La gran diferencia con respecto al programa Apolo es que ahora el sector privado también está apoyando fuertemente, no? Hay un trabajo en equipo con el sector privado.

-Exactamente. Es algo sutil porque aún en el proyecto Apolo la NASA trabajaba con la industria privada. Se hacían licitaciones pero el diseño era de la NASA. Es decir, la licitación era para construir la arquitectura elegida por la NASA. Si costaba más el gobierno le daba más plata a las compañías. Ahora la modalidad es distinta. Eso funcionó: se fueron a la Luna, todo perfecto. Incluso es la misma modalidad que están implementando ahora para construir este cohete, que es tipo Saturno 5, el SLS o Space Long System. Orion, que es una cápsula, también está construida de la vieja manera. Eso simplemente te pone astronautas en órbita de la Luna. Para transportarnos a la Luna y traerlos de vuelta a la órbita, la NASA hizo una licitación para un servicio. Así que la NASA no dice que quiere que construyan una nave espacial sino que dice “yo quiero pagar tanto por un viaje a la luna y vuelta”. Pagan el servicio y la compañía privada es dueña del Hardware.

-Un taxi…

-Ellos diseñan el taxi, lo operan y ponen plata de ellos también, lo cual es importante porque tienen participación y si les va mal, ellos también digamos pierden plata. La NASA les dice que busquen también a otros clientes porque les conviene que ellos vendan esos servicios, por ejemplo, a otros países.

-O para turismo espacial.

-El turismo espacial, por ejemplo. Porque eso hace que las compañías privadas sean más saludables y puedan bajar los costos para la NASA. Así que es una forma nueva de operar con el sector privado, que se empezó con reaprovisionamiento de la estación espacial. Eso lo hace SpaceX.

-¿Se viene una nueva era de viajes al espacio?

-Yo creo que sí, porque los costos están bajando y porque hay nuevas compañías como SpaceX y ahora está Blue Origins, que es de Bezos, que están desarrollando nuevas tecnologías. Por ejemplo, SpaceX utiliza cohetes reusables, y ha bajado los costos en forma dramática. A medida que bajen los costos habrá más oportunidades. Hay otras innovaciones. La NASA o el Departamento de Defensa necesita poner un satélite grande en el espacio con un cohete caro pero el cohete tiene capacidad para más, para “llevar en el baúl” un poco más. Entonces la gente pone ahí “cubesats”, que hoy en día hay chicos en colegio secundarios diseñando “cubesats”. Antes era algo de agencias espaciales gubernamentales. Hoy en día eso abrió la puerta a muchos para poder participar.

-En este programa, que se basa en décadas de esfuerzo, ¿cómo ves la posible participación de países como Argentina, de empresas y profesionales de Argentina?

-En primer lugar, CONAE e INVAP ya son parte de ese mundo. En el caso de CONAE e INVAP, que son los casos que yo conozco, con las misiones científicas en las que la NASA participa. Espero que haya más de eso porque realmente demuestra la capacidad de la Argentina para hacer esos proyectos. Y después está también la parte del “newspace”, como se le llama, con compañías como Satellogic, que forman parte de esta nueva forma de encarar el problema totalmente distinta, con costos mucho más bajos y con gran éxito. Hoy en día estas compañías pueden salir de muchos lugares; no es sólo Estados Unidos Europa, Europa, Rusia o China. Para la gente joven estamos viendo una época excelente de oportunidades. Si fuera joven ahora tendría otras oportunidades. No tendría que dejar el país como tuve que hacerlo en aquella época.

-Para ir terminando, porque tenés que ir a dar una charla. Algunas preguntas breves: ¿Cuál es tu rover favorito?

-No sé si tengo uno, porque todos han tenido su importancia. Tal vez Curiosity, porque fue un salto tecnológico tan grande, con el nuevo sistema.. Fue el primer aterrizaje “suave”, porque los anteriores fueron aterrizajes más mecánicos, tenían bolsas de aire, rebotaban.

-¿Vos desarrollaste el nuevo sistema, no?

-Fui uno. Se llama Skycrane, hay un helicóptero en Estados Unidos llamado así, que fue desarrollado por el Departamento de Defensa. Es un helicóptero enorme que lo utilizan para carga y por eso le ponen ese nombre.

-¿Fue un trabajo en equipo entonces?

-Fue un trabajo en equipo. La idea original provino de los ingenieros mecánicos. Ellos estaban tratando de resolver el problema de cómo hacer una vez que el vehículo aterriza… Si uno lo hace con la forma convencional, donde tenés una nave de descenso, una plataforma con patas que aterrizan como el Viking, y tenés todo el sistema de propulsión abajo tuyo, entonces ocurre que el rover te queda muy alto. ¿Cómo lo bajas? Necesitás poner rampas. Si es chiquito, poner rampas no es ningún problema. Pero estamos hablando de un rover que es del tamaño de un auto pequeño. No era fácil la cuestión. La idea fue ver qué pasaba si el sistema de producción estaba arriba. Cuando me preguntaron a mí como ingeniero de guiado y control, me dijeron. “Miguel, ¿vos pensás que se puede controlar este sistema? Yo digo: “Sí, no hay ningún… Sistema de control…”. Les pedí que pusieran el confluence point cerca del centro de masa… Hay un par de trucos que no son 100% esenciales pero que hizo que fuera más fácil de hacer. Hubo retoques que fueron de mi contribución pero hubo contribución de muchos.

-Quienes quieran saber más sobre este sistema, hay mucho material en internet.

-¡Sí!

-Estuviste en The Big Bang Theory. Qué divertido debe haber sido.

-Sí, nos invitaron, estuvo muy divertido. Presenciamos una filmación, que es muy interesante porque es todo muy técnico. Está muy bien pensado.

-Viste que al pobre ingeniero lo “bardean” bastante los tres físicos…

-Sí, pero esa serie hizo que los nerds sean cool. Hubo una época en la que no era así. Hoy en día ser nerd es cool. Y esa serie tuvo mucho que ver con eso. Y es bueno porque antes el “tragalibros”, al que le gustaba estudiar, no estaba bien considerado en la sociedad, no era alguien que se celebraba tanto en la sociedad lamentablemente.

-Es lindo además porque Penny, que es el personaje que “no sabe” de ciencia, va interactuando y en realidad se van compartiendo un montón de cosas de los dos mundos…

-Claro, exactamente. Se necesitan ambos.

-Ahora sí, últimas preguntas así podés ir a dar la charla: ¿Viajarías a la luna?

-Mmmm… En el Starship de SpaceX que se está construyendo, sí, porque va a ser muy cómodo. Pero en las cápsulas de Apolo creo que no podría honestamente.

-Irías como turista espacial más bien…

-Más como turista espacial.

-¿Y a Marte?

-A Marte mucho menos. A mí me apasiona diseñar las máquinas que utilizarían ellos para ir a Marte. Eso es lo que me apasiona. El viaje en sí mismo no es lo que me llamaba la atención. Lo que me llamaba la atención era diseñar un aparato que pudiera hacer esas cosas, que automáticamente se pudiera guiar en el espacio. Yo tenía lanchas a control remoto y siempre me parecía una cosa rara que uno pudiera guiar algo a distancia…

-Y utilizando las estrellas.

-Y utilizando las estrellas. Eso es lo que a mí me interesa, más que sentarme adentro adentro de una de una estación espacial o de una nave espacial manejándola.

-¿Querés comentar algo sobre tus próximos pasos y lo que estás trabajando ahora?

-El trabajo corriente mío es… El vehículo Perseverancia está ahora en Marte tomando muestras y encapsulándolas para traerlas a la Tierra. Estamos trabajando en la misión que las va a traer a la Tierra, y se llama Mars Sample Return. Son varias misiones en una, porque tiene varios componentes

-Es histórico porque es la primera vez que se van a traer muestras de Marte…

-Si esa es la última misión ya me puedo sentir contento y colgar los botines y listo…

-Muchas gracias.

-Muchas gracias a vos.

Por Laura García Oviedo para Prensa Migración de Ideas – Fundación Balseiro (link a la entrevista publicada en migraciondeideas.org: ver aquí).

Crédito foto: Marion Prieto / Instituto Balseiro

 

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El ingeniero rionegrino Miguel San Martín trabaja en las misiones que llevan robots a Marte. Cómo llegó a trabajar en el mítico JPL de la NASA, cómo es trabajar allí y cuáles son sus planes a futuro forman parte de esta entrevista realizada un día antes de su participación como expositor en el evento “Migración de ideas”, organizado en Bariloche por Fundación Balseiro. 

Fecha de publicación: 11/11/2022

“Perserverancia” es uno de los robots de la Tierra que están de visita en Marte. Con sus ojos-cámara y sus brazos robotizados, el vehículo “rover” recolecta muestras del suelo y envía información científica para develar los secretos marcianos. Antes de esa misión, que aún está activa, hubo muchas más similares. En todas las que tuvieron éxito, es decir, aquellas en las que se logró que los rovers descendieran “sin un rasguño”, participó el ingeniero argentino Miguel San Martín. Lo hizo desde su trabajo como Jefe de Ingeniería para el Guiado, Navegación y Control de naves espaciales del JPL (siglas en inglés de “Laboratorio de Propulsión a Chorro”) de la agencia espacial estadounidense NASA.

Invitado a participar en el evento “Migración de ideas”, que se realizó el sábado 29 de octubre en Bariloche (y que se puede ver en video en migraciondeideas.org), Miguel San Martín llegó a Bariloche. Un día antes de su presentación como orador en ese evento, que es organizado por Fundación Balseiro con el objetivo de crear diálogos entre las ciencias, la cultura, la educación y el mundo empresarial, San Martín visitó el campus del Instituto Balseiro (CNEA-UNCUYO) y el Centro Atómico Bariloche. Allí dio esta entrevista, cuya versión “en crudo” también se puede ver en el canal de YouTube “Instituto Balseiro” (bit.ly/youtubebalseiro).

A sus 63 años, el ingeniero es rionegrino (nació en Villa Regina, Argentina) y es egresado del colegio industrial Pío Nono. Vive en los Estados Unidos, donde se recibió de ingeniero electrónico en la Syracuse University y de Magíster en Ingeniería Aeronáutica y Astronáutica en el Massachusetts Institute of Technology (MIT). En su CV se incluye haber trabajado en sistemas de Guiado, Navegación y Control de misiones que lograron “amartizar” a los rovers Pathfinder, Spirit, Opportunity, Curiosity y Perserverance en el planeta rojo.

Apasionado de su trabajo, ante la consulta de cuáles son sus tres hobbies favoritos, responde: “Aunque queda mal decirlo, mi trabajo es mi Hobby número uno, porque realmente lo disfruto y le invierto mucho tiempo”. Aunque también cuenta que otro hobby es escuchar todo tipo de música, y que le gusta mucho el jazz. “Y comer, obviamente, como buen argentino”. Además, cuenta que le fascina leer sobre la historia del proyecto Apolo y opina que muchos de esos libros “son casi ciencia ficción”. Una de sus películas favoritas es Apolo 13 y que también le gustó mucho la serie “The Wright Stuff”.

-¿Cómo es trabajar en el JPL?

-En cierto modo es un ambiente que les resultaría familiar a ustedes porque es académico. Dependemos de Caltech. La NASA está organizado en diferentes centros que están geográficamente distribuidos, no todos conocen: el Johnson Space Center en Houston, el Kennedy Space Center en Florida, y hay varios más. El JPL está en Pasadena, en el área de Los Ángeles, pero es distinto al resto de los centros de la Nasa en que depende de Caltech. La NASA tiene un contrato con la universidad de Caltech para operar el JPL. Entonces tenemos una conexión con el mundo académico que hace que uno se sienta un poco más como una universidad. Y la onda es así, de ese tipo de más académica y más relajada. En ese sentido los estudiantes del Balseiro se sentirían muy cómodos porque es ese estilo. Obviamente se trabaja muy duro pero se trata de ser informal pero eficiente, obviamente, sino no podríamos hacer las misiones.

-Trabajás hace más de 30 años allí, ¿cómo fue que llegaste al JPL?

-Es una larga historia: puedo decir que empezó bajo los cielos patagónicos de Villa Regina cuando de chico ya tenía pasión por la ingeniería. Íbamos a la tranquera donde se veía un cielo hermoso y mi padre me enseñaba las estrellas. Él era ingeniero civil así que para para hacer caminos en la Patagonia se tenía que guiar por estrellas. No existía el GPS en aquella época. Así que conocía las constelaciones. Ésa fue mi primera entrada a amar el cielo, el universo. Después vino el proyecto Apolo y luego vino el proyecto Viking, que justo yo estaba en Villa Regina en vacaciones de invierno cuando aterrizó. Esa mañana cuando fui al pueblo, que se hacían las compras siempre a la mañana, fui al kiosquito y el diario Río Negro tenía la foto de la patita de la sonda en la superficie de Marte. Ahí me dije: “Esto es lo que yo quiero hacer”. El próximo paso fue preguntarme cómo hago eso y mi padre sugirió: “Andá a hacer la universidad…”. (N. de la R.: a los Estados Unidos).

-¿Tenías chances de ir allá? ¿Tenías familia en los Estados Unidos?

-No, no tenía nada y mi inglés era bastante precario. Sabía todo lo que te enseñan en el colegio, toda la gramática pero no podía hablar ni mucho menos escuchar. Había ido al colegio técnico, al Pío Nono. En esa parte me sentía muy bien preparado: en la matemática, la física, la electrónica. Pero tenía el inglés, a pesar de haberlo estudiado toda mi vida, con muchos problemas. Por suerte lo que sí tenía mi favor era que mi padre me podía costear los estudios. Así que terminé el colegio de secundario en diciembre y en enero ya partí para Estados Unidos, sin un plan concreto, a buscarle la vuelta. Logré que me aceptaran en Syracuse University. Fracasé en entrar a Cornell, que es una universidad muy prestigiosa. No me aceptaron y por un momento parecía que toda la aventura no iba a durar ni un año. Pero le encontré la vuelta para que me aceptaran en Syracuse University, donde saqué muy buenas notas. Después pude aplicar a varias universidades y me aceptaron este en el MIT, en Stanford y Carnegie Mellon.

-¿Por qué elegiste el MIT?

-Elegí el MIT porque ahí fue donde habían desarrollado el sistema de guiado, navegación y control para Apolo. Así que este quería estudiar con esos profesores que habían participado de Apolo. Después, una vez que estás ahí, y te graduás de una universidad como el MIT, los centros de la NASA e incluso las industrias privadas van a buscar estudiantes. Así que como se presentó JPL, me puse el traje con corbata. Nadie usa traje con corbata en JPL pero yo no sabía (risas). Me entrevistaron, después me pagaron un viaje en avión, me hicieron otra entrevista y me ofrecieron un trabajo. Es el único trabajo que he tenido.

-Después vinieron los rovers: las misiones Magallanes a Venus, Casini a Saturno, Pathfinder a Marte. ¿Cómo es trabajar de ingeniero de robots que van a Marte?

-Y… A veces a uno le cuesta… Como toda actividad humana hay momentos de grandes frustraciones porque todas estas aventuras están hechas por seres humanos. Nunca estamos todos de acuerdo en todo. Siempre hay dificultades, problemas de presupuesto… De vez en cuando, cuando estamos medios con el alma un poco en el piso, tenemos que decir: “Recordemos en lo que estamos trabajando. Estamos trabajando en poner una sonda en la superficie de Marte. Pretty cool”. Entonces eso nos vuelve a recargar las baterías.

-Pensar en el objetivo…

-Sí, el objetivo y poder superar todas las cosas que no son tan agradables. Pero el objetivo siempre está ahí. Y uno se acuerda después de haber tenido la primera experiencia. Ver un vehículo aterrizar en Marte y que uno tuvo algo que ver es una experiencia que nunca se olvida. Te ayuda para la próxima y la próxima… Pero no es todo fácil y divertido porque es como todas las cosas difíciles en la vida. Pero tiene una gran recompensa al final y eso lo que nos permite superar todas esas dificultades.

-¿Qué es lo que más te gusta de la ingeniería?

-Me encanta, frente a un problema… Siempre digo que nunca estoy tan feliz y miserable al mismo tiempo como cuando tengo un problema que resolver. Feliz, porque me gusta; y miserable, porque es trabajo. Es a veces desvelos, pasándote toda una noche mirando al techo tratando de buscarle la vuelta. No siempre ocurre pero cuando ocurre algo que me da tremenda cantidad de placer es poder llegar a la base del problema, a las raíces del problema. Muchas veces, veo que los ingenieros jóvenes saltan a buscar soluciones antes de entender el problema. Hay soluciones pero son soluciones que simplemente tratan los síntomas del problema y no la raíz. Lo más lo que más me divierte es tratar de buscar cuál es la raíz de ese problema. Muchas veces cuando vas a la raíz del problema, la solución es mucho más simple. Incluso la solución aparece sola cuando encontrás la raíz del problema. No siempre ocurre así pero cuando ocurre eso es lo que más me apasiona. Pero es una lucha buscar… Tiene que haber una razón detrás de este problema difícil, algo que es sencillo. Una vez que le sacas todo lo de arriba y está ahí abajo… La raíz del problema y la solución vienen juntas. Eso es lo que lo que me gusta la ingeniería.

-Está el debate del viaje tripulado a Marte o a la Luna … En una nota comentaste que todo el mundo se preocupaba por ir a Marte y que primero hay que regresar a la Luna. ¿Cómo pensás que van a ser los próximos años con respecto a los viajes tripulados?

-En primer lugar, sí, hay una tensión y no estamos todos de acuerdo en cuanto el valor de los vuelos tripulados. Hay muchos que piensan que las misiones robóticas son todo lo que deberíamos hacer. No estoy de acuerdo con eso. Me parece que una combinación de ambos es importante, porque el ser humano tiene el deseo de ir en forma personal a explorar diferentes mundos. Primero este mundo y ahora otros mundos. Y me parece que tal vez no se puede explicar por qué, pero que es una tendencia que nos ha redituado en la vida. Cuando se han ido, “Para qué te vas para allá” y “No sé pero yo voy para allá” y después descubrís América o algo descubrís… Te venís a la Patagonia y descubrís el lago Mascardi, Bariloche, todo lo que sea… Para mí es un instinto humano fundamental y tiene que ser parte también de explorar otros mundos.

-¿Y esto de ir a la Luna o a Marte?

-Claro, la Luna fue fácil relativamente, comparado con Marte. Marte es muy difícil. El problema es que aquellos que quieren ir a Marte derecho sin pasar por la Luna, porque son fanáticos de Marte y dicen “ya hicimos la Luna”, al final hacen que terminemos con nada porque es un salto demasiado grande. Así que finalmente en la NASA, en los Estados Unidos, hay un consenso importante, porque involucra a los políticos, que son quienes ponen los recursos, de que hay que ir primero a la Luna y aprender a vivir de los elementos de la Luna. Porque en la Luna quizás no necesitás tanto pero para Marte lo vamos a necesitar.

-Entonces la Luna es más que importante…

-La Luna sería un lugar para probar cómo podemos hacer combustibles de los materiales de los elementos que ya están en la Luna. Y construir una infraestructura para ir a la Luna con la que después sea más fácil hacer el puente a Marte. Así que hay una oficina dentro de la NASA para asegurarnos de que esto no sean simplemente palabras, que se llama “Moon to Mars”. Así que hay ya un grupo ya asegurándose de que todas las actividades de la Luna que se están haciendo tengan una proyección hacia Marte, a pesar de que el objetivo inmediato es la Luna y no Marte.

-La gran diferencia con respecto al programa Apolo es que ahora el sector privado también está apoyando fuertemente, no? Hay un trabajo en equipo con el sector privado.

-Exactamente. Es algo sutil porque aún en el proyecto Apolo la NASA trabajaba con la industria privada. Se hacían licitaciones pero el diseño era de la NASA. Es decir, la licitación era para construir la arquitectura elegida por la NASA. Si costaba más el gobierno le daba más plata a las compañías. Ahora la modalidad es distinta. Eso funcionó: se fueron a la Luna, todo perfecto. Incluso es la misma modalidad que están implementando ahora para construir este cohete, que es tipo Saturno 5, el SLS o Space Long System. Orion, que es una cápsula, también está construida de la vieja manera. Eso simplemente te pone astronautas en órbita de la Luna. Para transportarnos a la Luna y traerlos de vuelta a la órbita, la NASA hizo una licitación para un servicio. Así que la NASA no dice que quiere que construyan una nave espacial sino que dice “yo quiero pagar tanto por un viaje a la luna y vuelta”. Pagan el servicio y la compañía privada es dueña del Hardware.

-Un taxi…

-Ellos diseñan el taxi, lo operan y ponen plata de ellos también, lo cual es importante porque tienen participación y si les va mal, ellos también digamos pierden plata. La NASA les dice que busquen también a otros clientes porque les conviene que ellos vendan esos servicios, por ejemplo, a otros países.

-O para turismo espacial.

-El turismo espacial, por ejemplo. Porque eso hace que las compañías privadas sean más saludables y puedan bajar los costos para la NASA. Así que es una forma nueva de operar con el sector privado, que se empezó con reaprovisionamiento de la estación espacial. Eso lo hace SpaceX.

-¿Se viene una nueva era de viajes al espacio?

-Yo creo que sí, porque los costos están bajando y porque hay nuevas compañías como SpaceX y ahora está Blue Origins, que es de Bezos, que están desarrollando nuevas tecnologías. Por ejemplo, SpaceX utiliza cohetes reusables, y ha bajado los costos en forma dramática. A medida que bajen los costos habrá más oportunidades. Hay otras innovaciones. La NASA o el Departamento de Defensa necesita poner un satélite grande en el espacio con un cohete caro pero el cohete tiene capacidad para más, para “llevar en el baúl” un poco más. Entonces la gente pone ahí “cubesats”, que hoy en día hay chicos en colegio secundarios diseñando “cubesats”. Antes era algo de agencias espaciales gubernamentales. Hoy en día eso abrió la puerta a muchos para poder participar.

-En este programa, que se basa en décadas de esfuerzo, ¿cómo ves la posible participación de países como Argentina, de empresas y profesionales de Argentina?

-En primer lugar, CONAE e INVAP ya son parte de ese mundo. En el caso de CONAE e INVAP, que son los casos que yo conozco, con las misiones científicas en las que la NASA participa. Espero que haya más de eso porque realmente demuestra la capacidad de la Argentina para hacer esos proyectos. Y después está también la parte del “newspace”, como se le llama, con compañías como Satellogic, que forman parte de esta nueva forma de encarar el problema totalmente distinta, con costos mucho más bajos y con gran éxito. Hoy en día estas compañías pueden salir de muchos lugares; no es sólo Estados Unidos Europa, Europa, Rusia o China. Para la gente joven estamos viendo una época excelente de oportunidades. Si fuera joven ahora tendría otras oportunidades. No tendría que dejar el país como tuve que hacerlo en aquella época.

-Para ir terminando, porque tenés que ir a dar una charla. Algunas preguntas breves: ¿Cuál es tu rover favorito?

-No sé si tengo uno, porque todos han tenido su importancia. Tal vez Curiosity, porque fue un salto tecnológico tan grande, con el nuevo sistema.. Fue el primer aterrizaje “suave”, porque los anteriores fueron aterrizajes más mecánicos, tenían bolsas de aire, rebotaban.

-¿Vos desarrollaste el nuevo sistema, no?

-Fui uno. Se llama Skycrane, hay un helicóptero en Estados Unidos llamado así, que fue desarrollado por el Departamento de Defensa. Es un helicóptero enorme que lo utilizan para carga y por eso le ponen ese nombre.

-¿Fue un trabajo en equipo entonces?

-Fue un trabajo en equipo. La idea original provino de los ingenieros mecánicos. Ellos estaban tratando de resolver el problema de cómo hacer una vez que el vehículo aterriza… Si uno lo hace con la forma convencional, donde tenés una nave de descenso, una plataforma con patas que aterrizan como el Viking, y tenés todo el sistema de propulsión abajo tuyo, entonces ocurre que el rover te queda muy alto. ¿Cómo lo bajas? Necesitás poner rampas. Si es chiquito, poner rampas no es ningún problema. Pero estamos hablando de un rover que es del tamaño de un auto pequeño. No era fácil la cuestión. La idea fue ver qué pasaba si el sistema de producción estaba arriba. Cuando me preguntaron a mí como ingeniero de guiado y control, me dijeron. “Miguel, ¿vos pensás que se puede controlar este sistema? Yo digo: “Sí, no hay ningún… Sistema de control…”. Les pedí que pusieran el confluence point cerca del centro de masa… Hay un par de trucos que no son 100% esenciales pero que hizo que fuera más fácil de hacer. Hubo retoques que fueron de mi contribución pero hubo contribución de muchos.

-Quienes quieran saber más sobre este sistema, hay mucho material en internet.

-¡Sí!

-Estuviste en The Big Bang Theory. Qué divertido debe haber sido.

-Sí, nos invitaron, estuvo muy divertido. Presenciamos una filmación, que es muy interesante porque es todo muy técnico. Está muy bien pensado.

-Viste que al pobre ingeniero lo “bardean” bastante los tres físicos…

-Sí, pero esa serie hizo que los nerds sean cool. Hubo una época en la que no era así. Hoy en día ser nerd es cool. Y esa serie tuvo mucho que ver con eso. Y es bueno porque antes el “tragalibros”, al que le gustaba estudiar, no estaba bien considerado en la sociedad, no era alguien que se celebraba tanto en la sociedad lamentablemente.

-Es lindo además porque Penny, que es el personaje que “no sabe” de ciencia, va interactuando y en realidad se van compartiendo un montón de cosas de los dos mundos…

-Claro, exactamente. Se necesitan ambos.

-Ahora sí, últimas preguntas así podés ir a dar la charla: ¿Viajarías a la luna?

-Mmmm… En el Starship de SpaceX que se está construyendo, sí, porque va a ser muy cómodo. Pero en las cápsulas de Apolo creo que no podría honestamente.

-Irías como turista espacial más bien…

-Más como turista espacial.

-¿Y a Marte?

-A Marte mucho menos. A mí me apasiona diseñar las máquinas que utilizarían ellos para ir a Marte. Eso es lo que me apasiona. El viaje en sí mismo no es lo que me llamaba la atención. Lo que me llamaba la atención era diseñar un aparato que pudiera hacer esas cosas, que automáticamente se pudiera guiar en el espacio. Yo tenía lanchas a control remoto y siempre me parecía una cosa rara que uno pudiera guiar algo a distancia…

-Y utilizando las estrellas.

-Y utilizando las estrellas. Eso es lo que a mí me interesa, más que sentarme adentro adentro de una de una estación espacial o de una nave espacial manejándola.

-¿Querés comentar algo sobre tus próximos pasos y lo que estás trabajando ahora?

-El trabajo corriente mío es… El vehículo Perseverancia está ahora en Marte tomando muestras y encapsulándolas para traerlas a la Tierra. Estamos trabajando en la misión que las va a traer a la Tierra, y se llama Mars Sample Return. Son varias misiones en una, porque tiene varios componentes

-Es histórico porque es la primera vez que se van a traer muestras de Marte…

-Si esa es la última misión ya me puedo sentir contento y colgar los botines y listo…

-Muchas gracias.

-Muchas gracias a vos.

Por Laura García Oviedo para Prensa Migración de Ideas – Fundación Balseiro (link a la entrevista publicada en migraciondeideas.org: ver aquí).

Crédito foto: Marion Prieto / Instituto Balseiro

 

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Del 6 al 10 de mayo el Instituto Balseiro estará presente en la Feria del Libro en Buenos Aires. En Zona Explora se realizarán talleres y experimentos de ciencia y tecnología. También se brindará información sobre las carreras del Balseiro, se presentará el concurso IB50K, habrá una mesa redonda y la institución participará del Foro Internacional de Enseñanza de Ciencias y Tecnologías.

Fecha de publicación: 28/4/2022

Con gran expectativa, y luego de dos años de ausencia por la pandemia, la tradicional Feria Internacional del Libro abre nuevamente sus puertas del 28 de abril al 16 de mayo en Buenos Aires, y el Instituto Balseiro estará presente del viernes 6 al martes 10 de mayo. Un equipo de docentes e investigadores presentará experimentos sobre mecánica de fluidos, comunicaciones ópticas y radiaciones en la vida cotidiana. También, se contará cómo es estudiar e investigar en esta institución de educación pública dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO).

El stand del Instituto estará, como todos los años, en el espacio Zona Explora de la Fundación Solydeus, en el Pabellón Amarillo de la feria. Allí se realizarán, el viernes 6, lunes 9 y martes 10 de 14 a 17hs, distintos talleres, que se repetirán el sábado 7 y domingo 8 de 14 a 17:30. En esos días y horarios también tendrán lugar Diálogos sobre cómo es estudiar en el Balseiro, con información sobre becas y contenidos de las distintas carreras, coordinados por docentes del Instituto Balseiro e investigadores del Centro Atómico Bariloche.

“Estamos felices y agradecidos de volver a Zona Explora en la Feria del Libro por invitación de la Fundación Solydeus”, dijo Patricia Mateos, secretaria de Extensión y Cultura Científica del Instituto Balseiro y jefa de la Sección de Divulgación de Ciencia y Tecnología (SeDiCyT) del Centro Atómico Bariloche.

“Buscamos que las personas que nos visiten, sin importar la edad, participen de las actividades y que puedan quedarse con ganas de conocer más sobre la ciencia y la tecnología de nuestra vida cotidiana. Y también tenemos como objetivo brindar información sobre la oferta académica en ingeniería y física del Instituto Balseiro y las proyecciones de trabajo en el Centro Atómico Bariloche y la CNEA”, dijo Mateos.

Cómo funcionan Internet y los reactores

“Vientos, ríos... y reactores nucleares? La mecánica de fluidos está en todas partes”, es el título del primer taller, a cargo de los ingenieros Nicolás Silin y Orlando Darío Osorio. “Entender el comportamiento de los fluidos en movimiento, tanto líquidos como gases, es indispensable en el diseño de reactores nucleares. Emplearemos técnicas de visualización de flujos y veremos cómo la ingeniería aplica los conocimientos de la física para realizar diseños y pronosticar resultados”, adelantan los coordinadores.

El segundo taller se titula “Comunicaciones ópticas. Llevando luz del laboratorio a nuestra vida diaria”, a cargo de los ingenieros Julio Benítez y Alexis Sparapani. En el mismo se invita a las personas participantes a conocer los fenómenos físicos y las técnicas que permiten nuestro “mundo hiperconectado” a través de internet.

“Radiaciones en la vida cotidiana” es el nombre del tercer taller. En este espacio los coordinadores, las ingenieras Lourdes Torres y Huilen Gustinelli proponen medir la radiación emitida por comidas y materiales que están presentes en tu vida y compararlas con un hueso de dinosaurio o una piedra de uranio. ¿Es lo mismo radiaciones que radiactividad? La propuesta es acercarse a Zona Explora y encontrar la respuesta a ésta y otras preguntas.

Presentaciones del fin de semana

El sábado 7 de mayo, de 18 a 19, se realizará la presentación del “Concurso IB50K”, organizado por el Balseiro para promover la creación de empresas de base tecnológica; y de 19 a 20 el “Programa Padrinos del Balseiro”, que permite acercar donaciones para el sostenimiento de la institución. Ambas presentaciones serán realizadas en Zona Explora, en el Pabellón Amarillo de la Feria, por la física María Luz Martiarena, secretaria de Vinculación e Innovación del Balseiro.

Ese mismo día, sábado 7, de 18.30 a 19.30, se realizará en la Sala Tulio Halperín Donghi la mesa redonda: “Instituto Balseiro: trayectoria, presente y próximos desafíos”. Carlos Balseiro, ex director de esta institución, compartirá su experiencia sobre la historia del Instituto. Lo acompañará el físico, músico y escritor Alberto Rojo, quien contará como egresado lo que significó para él la formación recibida. En tanto, Graciela Bertolino, vicedirectora por el Área Ingeniería, y Mariano Cantero, director de la institución, hablarán sobre el presente y los próximos desafíos del Instituto Balseiro. El moderador invitado será Bruno Massare, director de la Agencia de Noticias TSS, de la Universidad Nacional de San Martín y presidente de la Red Argentina de Periodismo Científico.

El domingo 8 de mayo, de 18 a 19, tendrá lugar la presentación del programa “Becas de Verano”, para que estudiantes avanzados de ciencias e ingenierías realicen una pasantía experimental en los laboratorios del Centro Atómico Bariloche. De 19 a 20 se presentará “Escuelas José A Balseiro: 36 años promoviendo la especialización en ciencias e ingeniería”. Esta actividad de posgrado trata una temática diferente en ciencias e ingeniería, mostrando el estado actual de la materia según expertos nacionales e internacionales. La expositora será Martiarena y el lugar de encuentro será la citada Zona Explora.

En el Foro de Enseñanza de Ciencias

El lunes 9 de mayo, de 10.30 a 12.30, integrantes del Balseiro y del Centro Atómico Bariloche estarán presentes en el “20º Foro Internacional de Enseñanza de Ciencias y Tecnologías”. Lo harán mediante el taller “Telecomunicaciones. Llevando luz del laboratorio al aula”, a cargo de los ingenieros Julio Benítez y Alexis Sparapani.

La actividad, que será principalmente práctica, brindará herramientas científicas y tecnológicas para, a partir de fenómenos físicos conocidos y experimentos sencillos, llevar las técnicas utilizadas en el laboratorio al aula de una manera sencilla y atractiva. Las experiencias, junto a todo el material de apoyo necesario, estarán disponibles vía web para consulta de los docentes. Tanto las prácticas como los dispositivos son fáciles y económicos de obtener, informaron los organizadores.

Como ya es tradición, durante los días que el equipo del Balseiro participe en la Feria se podrá seguir sus novedades a través de videos, fotos y noticias que se compartirán en las redes sociales del Instituto, en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube. Más información, en www.ib.edu.ar

Así, una vez más, el Balseiro participará de la Feria del Libro con un gran objetivo a cumplir: inspirar y brindar herramientas para acercar a los estudiantes al fascinante mundo de la ciencia y la tecnología.

Aquí se puede consultar el cronograma completo de actividades del Instituto Balseiro en la Feria del Libro.

SOBRE EL INSTITUTO BALSEIRO

El Instituto Balseiro (IB) es una institución de enseñanza universitaria pública y gratuita cuyo objetivo es formar profesionales de alto nivel en carreras de física e ingeniería. Fue creado por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) en abril de 1955. Quienes ingresan a estudiar en el Balseiro reciben becas completas otorgadas por la CNEA, que garantizan una dedicación exclusiva al estudio, en el entorno de investigación científica y desarrollo tecnológico del Centro Atómico Bariloche (CAB). Más información: www.ib.edu.ar.

Por Área de Comunicación y Prensa del Instituto Balseiro

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Área de Comunicación Institucional y Prensa

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Instituto Balseiro, San Carlos de Bariloche, 28/04/2022

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Santos Gabriel Rueda es Ingeniero Nuclear y Magíster en Ingeniería, y también compite en carreras de alto rendimiento. En esta nueva entrevista el salteño, egresado del Instituto Balseiro, compartió detalles de su vida académica y deportiva, y cómo estas se vieron afectadas por la pandemia de COVID-19.

Fecha de publicación: 01/10/2021

Santos Gabriel Rueda, oriundo de la provincia de Salta, es egresado del Instituto Balseiro. Allí se recibió de Ingeniero Nuclear en 2014, y de Magíster en Ingeniería en 2019. Además, Gabriel es influencer -tiene más de 24 mil seguidores en su cuenta de Instagram @sagarueda- y trabaja como coach de corredores en su propio proyecto: SAGA Training Lab.

Sin embargo, Rueda no sólo se destaca en el ámbito académico: el salteño también se desempeña como atleta de alto rendimiento. Específicamente, compite en la disciplina de “ultra-trail” o carreras de ultrafondo. ¿En qué consiste el ultratrail? Es un tipo de carrera que se desarrolla en escenarios de montaña, y el recorrido debe tener como máximo un 20% de asfalto. El ultra-trail consta de una distancia mínima de 42 km, pero la misma puede superar los 100 km.

En el ámbito del trail running, el Ultra-Trail del Mont Blanc es la cita más prestigiosa, y una de las más exigentes. Esta competencia reúne a corredores de todo el mundo y tiene lugar en la cadena montañosa de Los Alpes, con un recorrido que atraviesa Francia, Italia y Suiza. Esta ultramaratón cuenta con diversas carreras, las cuales varían respecto de la distancia a recorrer en cada una. “Es el evento más grande del mundo, es como el Tour de France de bici pero en carreras de montaña”, aseguró Rueda. Debido a la pandemia de coronavirus, el UT de Mont Blanc se suspendió en 2020.

Gabriel Rueda comenzó a interesarse por el running en 2012, durante los primeros años de su trayecto académico en la carrera de Ingeniería Nuclear del Instituto Balseiro. “Fueron meses de mucho estrés por las horas de estudio y necesitaba complementar la parte física”, afirmó.

Rueda, que ha competido en numerosas carreras en nuestro país y en el exterior, participó en la más reciente edición del UT de Mont Blanc, entre el 23 y el 29 de agosto. El evento contó con medidas COVID-19, exigiendo a los corredores un pasaporte sanitario, en el cual se acreditara una vacunación completa y una prueba antígena o PCR negativo en las últimas 48hs. También fue obligatorio el uso de mascarilla o barbijo en la salida de las diferentes carreras, y durante los primeros 500 metros de recorrido.

Gabi, como lo llaman sus seres queridos, compitió en la carrera TDS –Sur les Traces des Ducs de Savoie en francés- dentro del UT Mont Blanc. Esta competencia prevé una distancia de 145 km, un tiempo máximo de 44 horas para completarla y un máximo de 1600 participantes. Rueda finalizó en la posición 34 de la tabla general mundial de esta carrera, y si bien remarcó la importancia de haber alcanzado ese puesto, considera que “puede dar más aún”.

A continuación, compartimos la entrevista completa que Santos Gabriel Rueda le brindó al Área de Comunicación Institucional y Prensa del Instituto Balseiro.

- ¿Cómo surgió tu interés por el mundo del running? Y, en particular, ¿cómo llegaste a competir en la disciplina de ultra-trail?

- El interés surgió allá por 2012 cuando estaba en los primeros años de Ingeniería Nuclear en el Instituto Balseiro, fueron meses de mucho estrés por las horas de estudio y necesitaba complementar la parte física. Fue una mezcla de sentirme una babosa que sólo estudiaba y también había aumentado de peso. Eso motivó a que salga a hacer deporte, y correr fue lo más rápido y económico. Al ultra trail llegué muchos años después de estar en la actividad. Es una especialidad dentro del correr por montaña pero en distancias largas, de más de 50 kilómetros, carreras que requieren mucha preparación y dedicación. Es uno de mis grandes proyectos deportivos hoy en día poder crecer internacionalmente en esto.

- ¿Fue difícil compaginar tus estudios en ingeniería con tu vida deportiva?

- Al principio es todo más fácil porque uno sólo sale a correr o trotar 30 minutos o una hora. Ahora, cuando lo querés hacer de forma más dedicada y con fines de mejorar tu performance y competir a nivel nacional o internacional, ahí es más difícil compaginar porque todo requiere muchas horas más allá de sólo estar corriendo. De todos modos no es imposible. Es cuestión de organizarse y poder estar en todo, intentando dar lo mejor de uno en cada rubro personal, sea en el trabajo o en el deporte.

-¿Cómo encarás los meses o semanas previas a la hora de prepararte para correr en una competencia tan importante como el UT de Mont Blanc??

- En general trato de estar esos meses en una zona con muchas opciones de montaña. Bariloche es ideal, pero dado que acá es invierno es muy difícil prepararlo. Por eso, algunos de los últimos años me iba a Europa a hacer una preparación exclusiva. Este año por la pandemia no pude, así que estuve en la zona de Salta entrenando. Eso me ayudó bastante.

- En una entrevista de marzo del 2020 con Laura García Oviedo, del Área de Comunicación Institucional y Prensa del IB, manifestaste tu deseo de participar de la carrera madre (172km) del UT de Mont Blanc de ese año. ¿Cómo te afectó el hecho de que la edición 2020 de la carrera se suspendiera a causa de la pandemia de coronavirus?

- En 2020 fue un año muy distinto para todos. Arranqué muy motivado corriendo un ultra trail de 130 km en Gran Canaria España y después fue todo estar encerrado, perdiendo estado físico. Recién en julio pude volver a entrenar. De todos modos, en todo el año 2020 no pude competir en ninguna carrera ni viajar a ningún evento. Fue un año que a nivel profesional crecí porque logré terminar algunos cursos de formación, pero a nivel deportivo fue muy bajo.

- ¿Qué balance hacés de tu participación de este año en Mont Blanc?

- Este año fue muy particular correr en el UTMB en Francia, porque la semana antes de la carrera mi papá tuvo una operación delicada y tuve que estar ahí cerca ayudando en su recuperación. Hasta cuatro días antes de la carrera había cancelado todo el viaje, pero finalmente pude estar en esa carrera. Es el evento más grande del mundo, es como el Tour de France de bici pero en carreras de montaña. Me fue muy bien en cuanto a mi rendimiento, entrando en la posición 34 en la general mundial, lo cual es muy bueno, pero siento que puedo dar más aún. Y por otro lado, este año pude tener un contacto con muchas organizaciones y marcas acá a nivel internacional, lo cual en el futuro me puede abrir nuevas puertas, así que estoy contento por esto.

- ¿Hubo alguna razón particular por la cual participaste de la TDS (145km) y no de la carrera madre?

- Simplemente creo que no quise quemar etapas. No me sentí listo para hacer 172 km con 10000 m de desnivel positivo. Creo que quiero esperar a llegar al 100%, ojalá sea en 2022.

- Con respecto a la pregunta anterior, cuando dijiste que no quisiste “quemar etapas”, ¿te referías a una cuestión meramente física y deportiva, o también sentís que necesitás una mayor preparación a nivel mental para encarar el desafío de la carrera madre?

- Un ultra trail es una mezcla del aspecto mental y el físico. En mi caso, necesito una mayor maduración en ambos. Osea, podría haber corrido la distancia larga y seguramente la terminaba, pero al tener objetivos de hacerlo bien y rendir al máximo ahí tenés que trabajar todos los aspectos. No podés ir estando al 90% en algún aspecto de preparación.

- ¿Cómo encaraste tu vida académica y/o profesional después de recibirte de Magíster en 2019?

- Después de recibirme en 2019 yo ya estaba trabajando para la CNEA en planta permanente, con lo cual mi vida no cambió. Simplemente terminé el posgrado, que lo hacía a part time. Y el tema de la especialización es en el mismo campo de mi trabajo, por ende se comparte.

- ¿La pandemia te afectó mucho en este aspecto?

- La pandemia si me afectó, y no sólo a mí. Fue como una cachetada de decir “el tiempo pasa, los años pasan muy rápido”. Y si uno quiere hacer un cambio o hacer grandes proyectos, sea en lo personal o lo deportivo, es cuestión de arrancarlo ayer, porque siempre vas a sentir que vas atrasado, ¡y es así! Es cuestión de exprimir el tiempo al máximo.

-Tomando en cuenta tanto tu carrera de ingeniero como tu faceta deportiva, ¿qué proyectos tenés de cara al futuro?

- Crecer en ambas, intentando dar lo mejor de mí en cada una de ellas.

-Por último, queríamos pedirte que, desde tu experiencia personal, le dediques una reflexión a nuestros lectores que estudian una carrera universitaria y a la vez practican un deporte de alto rendimiento. ¿Qué consejo/s les darías?

- Que no es imposible hacer ambas carreras al mismo tiempo. Si tienen que estar preparados para dejar algunas cosas de lado, pero que sepan que esas cosas de lado que uno deja son cosas que vas a poder hacerlas más adelante. Hay muchos ejemplos de atletas y profesionales. Paula Pareto es un gran ejemplo de ellos, consiguiendo una medalla de oro olímpica. La opción de agarrar una sola parte siempre está y parece muy tentadora por la comodidad, pero para mí es grandioso cuando uno puede mezclar mente y cuerpo. En el correr puedo cansar mi cuerpo y en la parte laboral tengo que usar mucho la mente. Es algo que me da mucha completitud personal hacer ambas.

Por: Renzo Cuello y Rodrigo Di Marco, Área de Comunicación y Prensa del Instituto Balseiro

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Por Renzo Cuello y Rodrigo Di Marco

Edición: Área de Comunicación Institucional y Prensa del 
Instituto Balseiro.

San Carlos de Bariloche, 01/10/2021

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Santos Gabriel Rueda es Ingeniero Nuclear y Magíster en Ingeniería, y también compite en carreras de alto rendimiento. En esta nueva entrevista el salteño, egresado del Instituto Balseiro, compartió detalles de su vida académica y deportiva, y cómo estas se vieron afectadas por la pandemia de COVID-19.

Fecha de publicación: 01/10/2021

Santos Gabriel Rueda, oriundo de la provincia de Salta, es egresado del Instituto Balseiro. Allí se recibió de Ingeniero Nuclear en 2014, y de Magíster en Ingeniería en 2019. Además, Gabriel es influencer -tiene más de 24 mil seguidores en su cuenta de Instagram @sagarueda- y trabaja como coach de corredores en su propio proyecto: SAGA Training Lab.

Sin embargo, Rueda no sólo se destaca en el ámbito académico: el salteño también se desempeña como atleta de alto rendimiento. Específicamente, compite en la disciplina de “ultra-trail” o carreras de ultrafondo. ¿En qué consiste el ultratrail? Es un tipo de carrera que se desarrolla en escenarios de montaña, y el recorrido debe tener como máximo un 20% de asfalto. El ultra-trail consta de una distancia mínima de 42 km, pero la misma puede superar los 100 km.

En el ámbito del trail running, el Ultra-Trail del Mont Blanc es la cita más prestigiosa, y una de las más exigentes. Esta competencia reúne a corredores de todo el mundo y tiene lugar en la cadena montañosa de Los Alpes, con un recorrido que atraviesa Francia, Italia y Suiza. Esta ultramaratón cuenta con diversas carreras, las cuales varían respecto de la distancia a recorrer en cada una. “Es el evento más grande del mundo, es como el Tour de France de bici pero en carreras de montaña”, aseguró Rueda. Debido a la pandemia de coronavirus, el UT de Mont Blanc se suspendió en 2020.

Gabriel Rueda comenzó a interesarse por el running en 2012, durante los primeros años de su trayecto académico en la carrera de Ingeniería Nuclear del Instituto Balseiro. “Fueron meses de mucho estrés por las horas de estudio y necesitaba complementar la parte física”, afirmó.

Rueda, que ha competido en numerosas carreras en nuestro país y en el exterior, participó en la más reciente edición del UT de Mont Blanc, entre el 23 y el 29 de agosto. El evento contó con medidas COVID-19, exigiendo a los corredores un pasaporte sanitario, en el cual se acreditara una vacunación completa y una prueba antígena o PCR negativo en las últimas 48hs. También fue obligatorio el uso de mascarilla o barbijo en la salida de las diferentes carreras, y durante los primeros 500 metros de recorrido.

Gabi, como lo llaman sus seres queridos, compitió en la carrera TDS –Sur les Traces des Ducs de Savoie en francés- dentro del UT Mont Blanc. Esta competencia prevé una distancia de 145 km, un tiempo máximo de 44 horas para completarla y un máximo de 1600 participantes. Rueda finalizó en la posición 34 de la tabla general mundial de esta carrera, y si bien remarcó la importancia de haber alcanzado ese puesto, considera que “puede dar más aún”.

A continuación, compartimos la entrevista completa que Santos Gabriel Rueda le brindó al Área de Comunicación Institucional y Prensa del Instituto Balseiro.

- ¿Cómo surgió tu interés por el mundo del running? Y, en particular, ¿cómo llegaste a competir en la disciplina de ultra-trail?

- El interés surgió allá por 2012 cuando estaba en los primeros años de Ingeniería Nuclear en el Instituto Balseiro, fueron meses de mucho estrés por las horas de estudio y necesitaba complementar la parte física. Fue una mezcla de sentirme una babosa que sólo estudiaba y también había aumentado de peso. Eso motivó a que salga a hacer deporte, y correr fue lo más rápido y económico. Al ultra trail llegué muchos años después de estar en la actividad. Es una especialidad dentro del correr por montaña pero en distancias largas, de más de 50 kilómetros, carreras que requieren mucha preparación y dedicación. Es uno de mis grandes proyectos deportivos hoy en día poder crecer internacionalmente en esto.

- ¿Fue difícil compaginar tus estudios en ingeniería con tu vida deportiva?

- Al principio es todo más fácil porque uno sólo sale a correr o trotar 30 minutos o una hora. Ahora, cuando lo querés hacer de forma más dedicada y con fines de mejorar tu performance y competir a nivel nacional o internacional, ahí es más difícil compaginar porque todo requiere muchas horas más allá de sólo estar corriendo. De todos modos no es imposible. Es cuestión de organizarse y poder estar en todo, intentando dar lo mejor de uno en cada rubro personal, sea en el trabajo o en el deporte.

-¿Cómo encarás los meses o semanas previas a la hora de prepararte para correr en una competencia tan importante como el UT de Mont Blanc??

- En general trato de estar esos meses en una zona con muchas opciones de montaña. Bariloche es ideal, pero dado que acá es invierno es muy difícil prepararlo. Por eso, algunos de los últimos años me iba a Europa a hacer una preparación exclusiva. Este año por la pandemia no pude, así que estuve en la zona de Salta entrenando. Eso me ayudó bastante.

- En una entrevista de marzo del 2020 con Laura García Oviedo, del Área de Comunicación Institucional y Prensa del IB, manifestaste tu deseo de participar de la carrera madre (172km) del UT de Mont Blanc de ese año. ¿Cómo te afectó el hecho de que la edición 2020 de la carrera se suspendiera a causa de la pandemia de coronavirus?

- En 2020 fue un año muy distinto para todos. Arranqué muy motivado corriendo un ultra trail de 130 km en Gran Canaria España y después fue todo estar encerrado, perdiendo estado físico. Recién en julio pude volver a entrenar. De todos modos, en todo el año 2020 no pude competir en ninguna carrera ni viajar a ningún evento. Fue un año que a nivel profesional crecí porque logré terminar algunos cursos de formación, pero a nivel deportivo fue muy bajo.

- ¿Qué balance hacés de tu participación de este año en Mont Blanc?

- Este año fue muy particular correr en el UTMB en Francia, porque la semana antes de la carrera mi papá tuvo una operación delicada y tuve que estar ahí cerca ayudando en su recuperación. Hasta cuatro días antes de la carrera había cancelado todo el viaje, pero finalmente pude estar en esa carrera. Es el evento más grande del mundo, es como el Tour de France de bici pero en carreras de montaña. Me fue muy bien en cuanto a mi rendimiento, entrando en la posición 34 en la general mundial, lo cual es muy bueno, pero siento que puedo dar más aún. Y por otro lado, este año pude tener un contacto con muchas organizaciones y marcas acá a nivel internacional, lo cual en el futuro me puede abrir nuevas puertas, así que estoy contento por esto.

- ¿Hubo alguna razón particular por la cual participaste de la TDS (145km) y no de la carrera madre?

- Simplemente creo que no quise quemar etapas. No me sentí listo para hacer 172 km con 10000 m de desnivel positivo. Creo que quiero esperar a llegar al 100%, ojalá sea en 2022.

- Con respecto a la pregunta anterior, cuando dijiste que no quisiste “quemar etapas”, ¿te referías a una cuestión meramente física y deportiva, o también sentís que necesitás una mayor preparación a nivel mental para encarar el desafío de la carrera madre?

- Un ultra trail es una mezcla del aspecto mental y el físico. En mi caso, necesito una mayor maduración en ambos. Osea, podría haber corrido la distancia larga y seguramente la terminaba, pero al tener objetivos de hacerlo bien y rendir al máximo ahí tenés que trabajar todos los aspectos. No podés ir estando al 90% en algún aspecto de preparación.

- ¿Cómo encaraste tu vida académica y/o profesional después de recibirte de Magíster en 2019?

- Después de recibirme en 2019 yo ya estaba trabajando para la CNEA en planta permanente, con lo cual mi vida no cambió. Simplemente terminé el posgrado, que lo hacía a part time. Y el tema de la especialización es en el mismo campo de mi trabajo, por ende se comparte.

- ¿La pandemia te afectó mucho en este aspecto?

- La pandemia si me afectó, y no sólo a mí. Fue como una cachetada de decir “el tiempo pasa, los años pasan muy rápido”. Y si uno quiere hacer un cambio o hacer grandes proyectos, sea en lo personal o lo deportivo, es cuestión de arrancarlo ayer, porque siempre vas a sentir que vas atrasado, ¡y es así! Es cuestión de exprimir el tiempo al máximo.

-Tomando en cuenta tanto tu carrera de ingeniero como tu faceta deportiva, ¿qué proyectos tenés de cara al futuro?

- Crecer en ambas, intentando dar lo mejor de mí en cada una de ellas.

-Por último, queríamos pedirte que, desde tu experiencia personal, le dediques una reflexión a nuestros lectores que estudian una carrera universitaria y a la vez practican un deporte de alto rendimiento. ¿Qué consejo/s les darías?

- Que no es imposible hacer ambas carreras al mismo tiempo. Si tienen que estar preparados para dejar algunas cosas de lado, pero que sepan que esas cosas de lado que uno deja son cosas que vas a poder hacerlas más adelante. Hay muchos ejemplos de atletas y profesionales. Paula Pareto es un gran ejemplo de ellos, consiguiendo una medalla de oro olímpica. La opción de agarrar una sola parte siempre está y parece muy tentadora por la comodidad, pero para mí es grandioso cuando uno puede mezclar mente y cuerpo. En el correr puedo cansar mi cuerpo y en la parte laboral tengo que usar mucho la mente. Es algo que me da mucha completitud personal hacer ambas.

Por: Renzo Cuello y Rodrigo Di Marco, Área de Comunicación y Prensa del Instituto Balseiro

 

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Por Renzo Cuello y Rodrigo Di Marco

Edición: Área de Comunicación Institucional y Prensa del 
Instituto Balseiro.

San Carlos de Bariloche, 01/10/2021

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En este artículo, el profesor del Instituto Balseiro Pablo Andres cuenta por qué es crucial capacitar de forma constante a los profesionales que utilizan las radiaciones ionizantes en aplicaciones de la vida cotidiana. Brinda además detalles sobre la Escuela Balseiro de protección radiológica 2021.

Fecha de publicación: 20/09/2021

*Por Pablo Andres, docente del Instituto Balseiro.

La protección radiológica es definida como el “conjunto de medidas para la utilización segura de las radiaciones ionizantes, que nos garantiza la protección de las personas y el ambiente”, según informa la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) en su sitio web.

Ahora bien, ¿qué es la radiación ionizante? Es un tipo de energía liberada por los átomos en forma de ondas electromagnéticas capaz de ionizar la materia. Puede presentarse en forma de radiación gamma o radiación X, o en forma de partículas, como las partículas alfa, beta o neutrones.

En la actualidad las aplicaciones que utilizan radiaciones ionizantes son muchas y muy variadas. En medicina conocemos las radiografías, las tomografías, las mamografías, la medicina nuclear y la radioterapia, pero en ese campo también se usan las radiaciones ionizantes para esterilizar gasas, jeringas y material quirúrgico.

En otras áreas, a modo de ejemplo, podríamos mencionar el uso de radiaciones ionizantes en la conservación de alimentos, la investigación agrícola, el control de plagas, la industria del petróleo y gas, la arqueología y paleontología, la hidrología, la investigación biológica, la generación de energía eléctrica, la veterinaria.

Objetivo: Proteger la salud

El objetivo de la protección radiológica es proteger la salud humana de los efectos nocivos de la exposición a la radiación sin limitar indebidamente las acciones humanas deseadas que puedan estar asociadas a dicha exposición.

El riesgo que implica el uso indebido de la radiación depende de la dosis recibida; del tipo de radiación; de la radiosensibilidad de los diferentes órganos y tejidos; de cómo se entrega esa dosis, entre otros factores. Es decir, son muchas las variables que determinan y condicionan los riesgos asociados al uso de las radiaciones ionizantes.

En los últimos años, a nivel internacional, se le ha dado mucha importancia a la protección radiológica. Por un lado, son muchas las disciplinas y aplicaciones que utilizan radiaciones ionizantes y la tecnología asociada es cada vez más compleja. En ese sentido, la importancia radica en la necesidad de capacitar adecuadamente a las personas vinculadas a estas actividades.

Por otro lado, la protección radiológica ha comprendido que todas esas prácticas y disciplinas se desarrollan en sociedades y comunidades con características y necesidades particulares. Es decir, desde los organismos internacionales se ha comenzado a trabajar para mejorar los aspectos comunicacionales y éticos del sistema de protección radiológica.

La relevancia que tiene la protección radiológica se basa en el hecho de que es una acción profundamente social, al igual que un conjunto de disciplinas técnicamente especializadas. La protección radiológica es una ciencia compleja, que abarca aspectos tanto de las ciencias sociales como de la física, la ingeniería, la medicina, la biología, los marcos regulatorios, etc.

Aprender a optimizar

Los principios fundamentales de la protección radiológica son la justificación, la optimización y la limitación de dosis. El principio de optimización se basa en un criterio que, en términos de dosis, manifiesta que siempre debe aplicarse una dosis tan baja como sea razonablemente alcanzable, teniendo en cuenta factores sociales y económicos. Es decir, siempre se debe tener presente qué resultado queremos obtener.

Por ejemplo, en determinados estudios de radiodiagnóstico reducir excesivamente la dosis podría afectar la calidad de la imagen y dificultar la realización de un buen diagnóstico por parte del médico especialista. En consecuencia, podría ser necesario repetir el estudio irradiando al paciente nuevamente. En todos los casos hay un balance riesgo-beneficio.

No obstante, siempre se está buscando reducir las dosis, ya sea a través de la implementación de elementos y medidas de protección adecuadas, las buenas prácticas de trabajo, el correcto mantenimiento de los equipos, el trabajo conjunto con empresas de tecnología que desarrollan los equipos de radiodiagnóstico, aceleradores lineales, etc., con el fin de obtener idénticos o mejores resultados con dosis menores.

Todas las instalaciones que tienen cierta probabilidad de liberar material radiactivo al ambiente están rigurosamente controladas por la autoridad regulatoria. Ese control implica, entre otras cosas, que se fijan límites de liberación que no deben superarse y que garantizan que el potencial impacto en el medioambiente es despreciable.

Antes, durante y después del tiempo de operación de una instalación se hacen monitoreos ambientales para verificar que no existe ningún riesgo y, eventualmente, detectar lo antes posible, alguna situación anormal y corregirla.

Acciones de capacitación y divulgación

En Argentina, la protección radiológica nació en la CNEA. La institución tiene una trayectoria muy rica y extensa en la materia; fue uno de los pioneros a nivel mundial, y hay muchos profesionales argentinos reconocidos internacionalmente. Se trabaja constantemente en la capacitación y reentrenamiento en protección radiológica del personal vinculado a prácticas que utilizan radiaciones ionizantes.

También se realizan acciones de divulgación y capacitación para la sociedad (cursos para estudiantes y docentes de nivel secundario, jornadas de puertas abiertas) que se llevan a cabo en los diferentes centros atómicos. Si bien son actividades focalizadas en el uso seguro y pacífico de las radiaciones ionizantes concretamente, la protección radiológica siempre está presente de alguna manera.

Cuando hablamos de radiaciones en medicina, el paciente debe estar correctamente informado y debe poder hacer todas las preguntas que tenga, poder expresar sus miedos, sentimientos, emociones, todo aquello que le genere el uso de radiaciones ionizantes en su cuerpo.

Si bien es indispensable y esencial que médicos, físicos médicos, radioproteccionistas nos capacitemos continuamente en los aspectos técnicos y tecnológicos del uso de radiaciones ionizantes en la salud, creo que es fundamental que aprendamos a escuchar al paciente y darle un espacio de contención para que pueda expresarse con total libertad y confianza. No solo tenemos que educar a la sociedad, en este caso a los pacientes, en temas nucleares y radiológicos, sino que también debemos aprender a dialogar y a escuchar al otro.

En la CNEA, desde hace algunos años se trabaja en el Programa Nacional de Protección Radiológica del Paciente. Este programa tiene varios objetivos, pero en pocas palabras, además de la capacitación del personal de salud en temas de protección radiológica y la aplicación de sus principios en medicina, también se busca brindarle al paciente toda la información que necesite sobre las diferentes prácticas médicas con radiaciones ionizantes.

La Escuela Balseiro de protección radiológica

La idea de hacer la “Escuela Avanzada José A. Balseiro de Protección Radiológica”, cuya cuarta edición vamos a realizar en noviembre de 2021 de forma virtual, nació con el objetivo de crear un espacio de capacitación continua y generar un ambiente de intercambio de experiencias profesionales entre los expositores y los participantes. En base a las respuestas de las encuestas que realizamos al finalizar cada edición y a las conversaciones mantenidas con los asistentes durante el desarrollo de las escuelas, podemos decir que se ha logrado el objetivo.

Además, era una necesidad latente en la comunidad de la protección radiológica. Prueba de ello es que cada año tenemos del orden de 150 inscriptos de toda Argentina y de diferentes países de América Latina, además del interés que demuestran muchas instituciones, organismos, sociedades profesionales y empresas auspiciando el evento año tras año.

Hay mucho por hacer, mucho por progresar y mejorar en la organización de futuras ediciones de la Escuela. Para eso debemos estar atentos a los avances tecnológicos en el uso de radiaciones ionizantes, a cuáles son las recomendaciones de los organismos nacionales e internacionales y fundamentalmente cuáles son las necesidades en materia de protección radiológica de nuestra institución y de los diferentes sectores de la sociedad.

Por último, quiero mencionar que hay mucha gente que trabaja muchísimo y sumamente comprometida para que la escuela pueda llevarse a cabo. Nada sería posible sin ese trabajo en equipo.

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Por Pablo Andrés 

Pre-producción periodística: Renzo Cuello 

Ilustración: Of. Diseño Gráfico IB

Edición: Área de Comunicación Institucional y Prensa 

del Instituto Balseiro. 

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Eduardo Remis es Ingeniero Mecánico y egresó del Instituto Balseiro en 2006. Ese mismo año, comenzó a trabajar en la empresa CONUAR, que se dedica a la fabricación de los combustibles nucleares argentinos. En 2008 realizó una Maestría en Administración de Empresas y en 2011 fundó su propia compañía, NUCLEARIS. En esta nota, cuenta parte de su experiencia como graduado IB.

Fecha de publicación: 09/08/2018

En 2003, ingresó a estudiar en el Instituto Balseiro en la carrera de Ingeniería Nuclear. Después de un año, se cambió a Ingeniería Mecánica y egresó a mediados de 2006. Antes de mudarse a Bariloche con beca completa de la CNEA para estudiar en el Balseiro, había aprobado los primeros dos años de Ingeniería Electrónica en la Universidad Nacional de Córdoba.

Nacido en Morón, provincia de Buenos Aires, vivió su adolescencia en el pueblo cordobés Los Reartes y egresó de la escuela secundaria Diego de Rojas de Villa General Belgrano. En el Balseiro, realizó su proyecto integrador en el campo de la fabricación de un micro manipulador, cuyo fin era sensar las sinapsis neuronales. Fue en el Laboratorio de Bioingeniería, bajo la dirección de Dr. Fabián Bonetto. Ante la consulta de cuáles son sus hobbies preferidos, cuenta que le gusta andar en bicicleta, que está tomando clases de piano y que le encanta la lectura en la naturaleza.

-¿Querés contar algo sobre tu experiencia en CONUAR?
Trabajando en CONUAR tuve la oportunidad de liderar un proyecto que se trataba de la modificación de los “Canales Refrigerantes” de la Central Nuclear Atucha II. Estos componentes se denominan de “Clase 1”, debido a que son importantes para la seguridad nuclear. Dentro de los mismos se alojan los Elementos Combustibles de Uranio, permitiendo que el flujo de agua pesada del núcleo del reactor extraiga el calor producido por la fisión nuclear.

-¿De qué materiales están fabricados esos elementos combustibles?
-Los mismos están fabricados principalmente por dos materiales: Una aleación de acero inoxidable con bajo contenido de cobalto, ya que esta impureza se “activa” por el bombardeo permanente de los neutrones dentro del núcleo del reactor, emitiendo radiación gamma. Esto dificulta el almacenamiento de estos componentes una vez que se termina su vida útil. Además, por una aleación de Zirconio, denominada Zircaloy, la cual es “transparente” al flujo neutrónico, permitiendo el egreso e ingreso de los neutrones que se producen durante la fisión nuclear al elemento combustible.

-¿A qué te estás dedicando en la actualidad?
-La experiencia que obtuve trabajando en CONUAR me permitió armar mi propia empresa llamada NUCLEARIS, la cual se dedica actualmente a la fabricación de una pieza Clase 1 llamada “Anillo de Cierre”. Esta pieza es crítica para el funcionamiento de los Reactores Nucleares Atucha I y Atucha II, ya que la misma sella la vasija del núcleo del reactor, evitando la fuga del agua pesada del circuito primario. Cada elemento combustible que ingresa a un Canal Refrigerante posee un “tapón” donde se aloja dicho Anillo de Cierre. Esta pieza está fabricada por una aleación especial de acero inoxidable y por un recubrimiento electrolítico de plata.

-¿Y en qué consiste la producción de esa pieza?
-Si bien el mecanizado de esta pieza es muy complejo dada las tolerancias exigidas, el proceso crítico de su fabricación es lograr el recubrimiento electrolítico de plata en cuanto a espesor y adherencia del mismo al material base. Con el fin de lograr que este proceso electrolítico sea repetible y que garantice los requisitos de calidad, se fabricó una maquinaria automática. Este hito y la certificación ISO9001 permitieron que NUCLEARIS sea una empresa con un proceso de fabricación diferencial al de la competencia, y sea elegida desde el año 2011 para proveer Anillos de Cierre a ambas Centrales Nucleares. A su vez, actualmente NUCLEARIS realiza In. Básica y de Detalle para el Reactor Nuclear CAREM y vende maquinarias Ad-Hoc a la empresa de procesamiento de uranio DIOXITEK.

-¿Qué es para vos la Ingeniería Mecánica?
-Considero que todas las especialidades de la ingeniería se encuentran interrelacionadas, aportando cada una lo necesario para lograr un objetivo en común. La ingeniería mecánica en particular, vista desde el ambiente en el cual trabajo, es una especialidad que transforma las materias primas, en su mayor parte los aceros y sus variantes, con el fin de brindar estructura física a cualquier tipo de maquinaria estática o dinámica, como puede ser el motor de un automóvil, un robot industrial, o el recipiente de presión de un reactor nuclear.

-¿Qué es lo que más te gusta de ser Ingeniero Mecánico?
-Lo que más me gusta de la Ingeniería mecánica es que una vez que surge una nueva necesidad, uno debe diseñar desde el comienzo, buscando el equilibrio entre lo funcional y lo económico, y a su vez lograr que la apariencia física sea agradable. Digamos que este último punto es la parte “artística” del diseñador. Luego, otro paso apasionante es la puesta en marcha, donde generalmente surgen problemas que hay que observar detenidamente, hacer pruebas y ensayos, hasta que el funcionamiento sea el esperado. Finalmente, la mayor gratificación es ver el resultado final y la satisfacción del cliente.

-¿Qué opinas sobre la formación que recibiste en el Instituto Balseiro? ¿Qué valoras más, a la distancia?
-La formación que he recibido en el IB ha sido espléndida, siendo esta institución reconocida a nivel internacional. Por otro lado, antes de recibirme ya estaba contratado para trabajar en CONUAR, empresa de primer nivel que ha sido pilar fundamental de mi capacitación profesional, en la cual conocí colegas de quienes he aprendido a desenvolverme en la industria nuclear. Lo que más valoro del IB y más ha contribuido a lo largo de estos años en mi profesión han sido las clases prácticas, el acceso permanente a los laboratorios con equipamiento e instrumental en perfecto estado, y a su vez la dedicación y disposición plena de todos los profesores de elevado nivel académico.
Finalmente quiero agradecer a mi familia y a mis amigos, aquellos que estuvieron a mi lado, supieron comprenderme y me contuvieron en los momentos más difíciles de mi vida.

-¿Cuáles son los desafíos que más te apasionan en tu trabajo?
-En mi caso particular, teniendo una empresa, lo que más me apasiona es detectar exactamente lo que necesitan mis clientes, a fin de lograr un producto que cumpla con sus expectativas, las especificaciones técnicas y los requisitos de calidad.

-¿Qué consejo le podes dar a estudiantes que están por recibirse de la misma carrera?
-El consejo que les puedo dar a quienes están por recibirse, es que trabajen de lo que realmente amen y sepan hacer. Que lo más valioso de los primeros empleos es la experiencia y no el dinero, y que la empresa que nos contrata es nuestro cliente, que no nos obliga a estar allí y que podemos irnos cuando queramos; con lo cual siempre debemos dar lo máximo sin importar las circunstancias ni lo que nos digan los demás. Y que si quieren comenzar con un emprendimiento propio vayan para adelante, sin importar el resultado, ya que considero que todo lo que sucede en la vida siempre es para bien. Que pase lo que pase no es fracaso, es experiencia.

-¿Y qué les dirías a quienes están en estos momentos lidiando con la elección de una carrera universitaria y están pensando en seguir esta carrera?
-Les puedo decir que, si bien el IB es una Institución de alto prestigio y exigencia, cualquier persona con voluntad y motivación puede recibirse. Es importante no tener miedo, pero a su vez no subestimar. Investiguen, conversen con egresados, vean la web, descarguen y hagan los exámenes de ingreso de años previos.

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Eduardo Remis es Ingeniero Mecánico y egresó del Instituto Balseiro en 2006. Ese mismo año, comenzó a trabajar en la empresa CONUAR, que se dedica a la fabricación de los combustibles nucleares argentinos. En 2008 realizó una Maestría en Administración de Empresas y en 2011 fundó su propia compañía, NUCLEARIS. En esta nota, cuenta parte de su experiencia como graduado IB.

Fecha de publicación: 09/08/2018

En 2003, ingresó a estudiar en el Instituto Balseiro en la carrera de Ingeniería Nuclear. Después de un año, se cambió a Ingeniería Mecánica y egresó a mediados de 2006. Antes de mudarse a Bariloche con beca completa de la CNEA para estudiar en el Balseiro, había aprobado los primeros dos años de Ingeniería Electrónica en la Universidad Nacional de Córdoba.

Nacido en Morón, provincia de Buenos Aires, vivió su adolescencia en el pueblo cordobés Los Reartes y egresó de la escuela secundaria Diego de Rojas de Villa General Belgrano. En el Balseiro, realizó su proyecto integrador en el campo de la fabricación de un micro manipulador, cuyo fin era sensar las sinapsis neuronales. Fue en el Laboratorio de Bioingeniería, bajo la dirección de Dr. Fabián Bonetto. Ante la consulta de cuáles son sus hobbies preferidos, cuenta que le gusta andar en bicicleta, que está tomando clases de piano y que le encanta la lectura en la naturaleza.

-¿Querés contar algo sobre tu experiencia en CONUAR?
Trabajando en CONUAR tuve la oportunidad de liderar un proyecto que se trataba de la modificación de los “Canales Refrigerantes” de la Central Nuclear Atucha II. Estos componentes se denominan de “Clase 1”, debido a que son importantes para la seguridad nuclear. Dentro de los mismos se alojan los Elementos Combustibles de Uranio, permitiendo que el flujo de agua pesada del núcleo del reactor extraiga el calor producido por la fisión nuclear.

-¿De qué materiales están fabricados esos elementos combustibles?
-Los mismos están fabricados principalmente por dos materiales: Una aleación de acero inoxidable con bajo contenido de cobalto, ya que esta impureza se “activa” por el bombardeo permanente de los neutrones dentro del núcleo del reactor, emitiendo radiación gamma. Esto dificulta el almacenamiento de estos componentes una vez que se termina su vida útil. Además, por una aleación de Zirconio, denominada Zircaloy, la cual es “transparente” al flujo neutrónico, permitiendo el egreso e ingreso de los neutrones que se producen durante la fisión nuclear al elemento combustible.

-¿A qué te estás dedicando en la actualidad?
-La experiencia que obtuve trabajando en CONUAR me permitió armar mi propia empresa llamada NUCLEARIS, la cual se dedica actualmente a la fabricación de una pieza Clase 1 llamada “Anillo de Cierre”. Esta pieza es crítica para el funcionamiento de los Reactores Nucleares Atucha I y Atucha II, ya que la misma sella la vasija del núcleo del reactor, evitando la fuga del agua pesada del circuito primario. Cada elemento combustible que ingresa a un Canal Refrigerante posee un “tapón” donde se aloja dicho Anillo de Cierre. Esta pieza está fabricada por una aleación especial de acero inoxidable y por un recubrimiento electrolítico de plata.

-¿Y en qué consiste la producción de esa pieza?
-Si bien el mecanizado de esta pieza es muy complejo dada las tolerancias exigidas, el proceso crítico de su fabricación es lograr el recubrimiento electrolítico de plata en cuanto a espesor y adherencia del mismo al material base. Con el fin de lograr que este proceso electrolítico sea repetible y que garantice los requisitos de calidad, se fabricó una maquinaria automática. Este hito y la certificación ISO9001 permitieron que NUCLEARIS sea una empresa con un proceso de fabricación diferencial al de la competencia, y sea elegida desde el año 2011 para proveer Anillos de Cierre a ambas Centrales Nucleares. A su vez, actualmente NUCLEARIS realiza In. Básica y de Detalle para el Reactor Nuclear CAREM y vende maquinarias Ad-Hoc a la empresa de procesamiento de uranio DIOXITEK.

-¿Qué es para vos la Ingeniería Mecánica?
-Considero que todas las especialidades de la ingeniería se encuentran interrelacionadas, aportando cada una lo necesario para lograr un objetivo en común. La ingeniería mecánica en particular, vista desde el ambiente en el cual trabajo, es una especialidad que transforma las materias primas, en su mayor parte los aceros y sus variantes, con el fin de brindar estructura física a cualquier tipo de maquinaria estática o dinámica, como puede ser el motor de un automóvil, un robot industrial, o el recipiente de presión de un reactor nuclear.

-¿Qué es lo que más te gusta de ser Ingeniero Mecánico?
-Lo que más me gusta de la Ingeniería mecánica es que una vez que surge una nueva necesidad, uno debe diseñar desde el comienzo, buscando el equilibrio entre lo funcional y lo económico, y a su vez lograr que la apariencia física sea agradable. Digamos que este último punto es la parte “artística” del diseñador. Luego, otro paso apasionante es la puesta en marcha, donde generalmente surgen problemas que hay que observar detenidamente, hacer pruebas y ensayos, hasta que el funcionamiento sea el esperado. Finalmente, la mayor gratificación es ver el resultado final y la satisfacción del cliente.

-¿Qué opinas sobre la formación que recibiste en el Instituto Balseiro? ¿Qué valoras más, a la distancia?
-La formación que he recibido en el IB ha sido espléndida, siendo esta institución reconocida a nivel internacional. Por otro lado, antes de recibirme ya estaba contratado para trabajar en CONUAR, empresa de primer nivel que ha sido pilar fundamental de mi capacitación profesional, en la cual conocí colegas de quienes he aprendido a desenvolverme en la industria nuclear. Lo que más valoro del IB y más ha contribuido a lo largo de estos años en mi profesión han sido las clases prácticas, el acceso permanente a los laboratorios con equipamiento e instrumental en perfecto estado, y a su vez la dedicación y disposición plena de todos los profesores de elevado nivel académico.
Finalmente quiero agradecer a mi familia y a mis amigos, aquellos que estuvieron a mi lado, supieron comprenderme y me contuvieron en los momentos más difíciles de mi vida.

-¿Cuáles son los desafíos que más te apasionan en tu trabajo?
-En mi caso particular, teniendo una empresa, lo que más me apasiona es detectar exactamente lo que necesitan mis clientes, a fin de lograr un producto que cumpla con sus expectativas, las especificaciones técnicas y los requisitos de calidad.

-¿Qué consejo le podes dar a estudiantes que están por recibirse de la misma carrera?
-El consejo que les puedo dar a quienes están por recibirse, es que trabajen de lo que realmente amen y sepan hacer. Que lo más valioso de los primeros empleos es la experiencia y no el dinero, y que la empresa que nos contrata es nuestro cliente, que no nos obliga a estar allí y que podemos irnos cuando queramos; con lo cual siempre debemos dar lo máximo sin importar las circunstancias ni lo que nos digan los demás. Y que si quieren comenzar con un emprendimiento propio vayan para adelante, sin importar el resultado, ya que considero que todo lo que sucede en la vida siempre es para bien. Que pase lo que pase no es fracaso, es experiencia.

-¿Y qué les dirías a quienes están en estos momentos lidiando con la elección de una carrera universitaria y están pensando en seguir esta carrera?
-Les puedo decir que, si bien el IB es una Institución de alto prestigio y exigencia, cualquier persona con voluntad y motivación puede recibirse. Es importante no tener miedo, pero a su vez no subestimar. Investiguen, conversen con egresados, vean la web, descarguen y hagan los exámenes de ingreso de años previos.

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Oriundo de la ciudad de Salta, Nicolás Hernández ingresó a estudiar Ingeniería mecánica en el Instituto Balseiro (IB) en 2008, luego de cumplir el requisito de aprobar los primeros dos años en otra universidad. En esta entrevista, cuenta cuál ha sido su trayectoria profesional desde que egresó, a qué se está dedicando en la actualidad y qué es lo que más le gusta de la Ingeniería mecánica.

Fecha de publicación: 23/05/2018

Nicolás Hernández tiene 30 años de edad y se recibió hace 7 años de Ingeniería Mecánica del Instituto Balseiro. Los primeros años de la misma carrera los realizó en la Universidad Nacional de La Plata. En el Balseiro, como todos los demás estudiantes, se formó gracias a una beca de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

El tema del  proyecto integrador para completar su carrera en el Balseiro consistió en el desarrollo de una máquina de ensayos mecánicos in-situ en un microscopio electrónico de barrido (SEM). Su director fue Alejandro Yawny y su co-director, Horacio Mendieta. El trabajo se hizo en la División Física de metales del Centro Atómico Bariloche (CAB).

En 2011, una vez graduado, decidió anotarse en Maestría en Ingeniería del Balseiro y recibió una beca de perfeccionamiento (A1 P) de la CNEA. En su trabajo de maestría, desarrolló un sistema automático de posicionamiento de sensores de temperatura para el circuito de flujo crítico de calor y también diseñó sensores de temperatura, entre otras actividades, en el Departamento de Termohidráulica del Centro Atómico Bariloche. Su beca terminó en 2014.

-¿Cómo fue tu recorrido una vez que terminaste tus estudios?

-Fundé una PyME de Ingeniería con dos compañeros de carrera del IB. Se llama  Endeavour Ingeniería, presta servicios y desarrolla tecnología para distintos sectores de las industrias aeroespacial, nuclear, Oil & Gas y otras. En 2017, cumplí la función de "Project leader" en la empresa mixta público-privada LaTe Andes, una empresa mixta público-privada formada por GEOMAP S.A. y CONICET. En el proyecto, estuvieron involucrados investigadores de la División Física de Bajas Temperaturas del CAB, a cargo del Dr. Julio Guimpel, la División de Resonancias Magnéticas del CAB y el personal de Endeavour Ingeniería SRL.

-¿En qué consistió ese proyecto en LATE ANDES?

-El proyecto CriAr y consistió en el desarrollo de un magnetómetro criogénico de rocas, el cual hasta este momento sólo era producido por una única empresa en todo el mundo, en California. El magnetómetro está operativo en la sede de LaTe Andes en Salta.

-¿A qué te estás dedicando en la actualidad?

-En la actualidad, soy socio gerente en la empresa Endeavour Ingeniería. Además soy asesor técnico en LaTe Andes. Allí ahora estamos desarrollando otro proyecto, CronAr, para la implementación de dataciones de rocas mediante las técnicas U-Th-Sm/He y U-Pb mediante sistemas de ablación Láser y espectrometría de masas (LA-ICP-MS). Es la primera vez en Argentina que se realiza un proyecto de este tipo.

-¿Qué es para vos la ingeniería mecánica?

-Es una carrera amplia y multifacética que permite interactuar con un gran número de profesionales, aplicando el conocimiento de diversas áreas de las ciencias, como la física, la química, la matemática y la economía, para proporcionar soluciones a problemas complejos de una forma estructurada y sistemática.

-¿Qué es lo que más te gusta de ser Ingeniero mecánico?

-Lo que más me gusta de ser Ingeniero mecánico es la formación amplia que permite incursionar en campos variados del conocimiento. Esto es algo que permite tener herramientas formales de aprendizaje de diferentes campos científicos y formar parte de proyectos científicos y tecnológicos complejos donde intervienen actores con distintas formaciones específicas.

-¿Qué opinás sobre la formación que recibiste en el Instituto Balseiro? ¿Qué valorás más, a la distancia?

-Una de las cosas que más valoro actualmente es la formación básica recibida allí, porque permite absorber conocimientos nuevos de una manera tremendamente efectiva. Además, ésta proporciona las herramientas para la apropiación de ese conocimiento, más allá de los contenidos de tipo formativos de las materias de finales de la carrera. En mi ejercicio profesional también fue extremadamente valioso la formación experimental recibida en la carrera, que da una base fundamental para el análisis efectivo de datos y la relación causal de los mismos con fenómenos de la realidad. Es una herramienta valiosísima y que en otras universidades se encuentra en cantidad y calidad no siempre tan importantes.

-¿Qué consejo les darías a estudiantes que están por recibirse de la misma carrera?

-Les diría que inmediatamente después de recibirse adopten una actitud humilde y de escucha en su profesión. Esto les permitirá aprovechar de mejor manera la etapa de aprendizaje de los primeros años de carrera profesional. Es frecuente el error de sobreestimar el conocimiento incorporado durante la carrera, lo cual conduce con frecuencia a adoptar posturas que van en detrimento del aprendizaje continuo, fundamental en nuestra profesión.

-Por último, ¿cuáles son los desafíos que más te apasionan en trabajo?

-Interactuar y aprender con profesionales con formación en otros campos. Cuando se inicia un proyecto nuevo usualmente es necesario incorporar conocimientos de otras áreas prácticamente desde cero. Esto sucede tanto en los trabajos vinculados con la industria, como por ejemplo el análisis estructural de tambores de coquificación retardada por relevamiento láser que realiza Endeavour Ingeniería, como también en desarrollos tecnológicos, como por ejemplo en las técnicas de vacío, bajas temperaturas y mediciones de propiedades magnéticas en el proyecto CriAr y espectrometría de masas, ablación láser y cátodo luminiscencia en el proyecto CronAr.

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San Carlos de Bariloche, 23/05/2018

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