Karen Hallberg es una de las cinco laureadas por el Premio L’Oreal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” de 2019. En el Día internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia compartimos esta entrevista a la física teórica, que es egresada y docente del Instituto Balseiro e investigadora del CONICET en el Centro Atómico Bariloche. En marzo, recibirá la distinción en una ceremonia que se realizará en París.
Fecha de publicación: 11/02/2019
Hace 35 años, Karen Hallberg tomaba una decisión que cambiaría por siempre su vida. Había aprobado el examen de ingreso al Instituto Balseiro y en consecuencia había obtenido una beca para completar sus estudios de física en este lugar. Sin embargo, para concretar su sueño debía mudarse lejos de su querida Jujuy. Rosarina de nacimiento pero jujeña por crianza, emprendió el viaje al Sur sin dudarlo. En el Balseiro, que es una institución de educación pública dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), egresó en 1987 de Licenciada en Física y en 1992 de Doctora en Física.
Para continuar con su formación, realizó posdoctorados en el Instituto Max Planck, en Alemania. En la actualidad, se dedica a la física teórica en el grupo de materia condensada del Centro Atómico Bariloche. Reparte su tiempo entre sus tareas de investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de docente en el mismo instituto en el que se graduó. Por supuesto, en su tiempo fuera de la oficina tiene varios hobbies, como tocar el cello, nadar en el lago Nahuel Huapi, jugar al tenis y navegar en kayak. Y ha viajado por todo el mundo por sus colaboraciones científicas, y también debido a que es miembro del Consejo Directivo de las conferencias Pugwash para Ciencia y Asuntos Mundiales.
Hace poco se dio a conocer que Hallberg, que es Investigadora Principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), es una de las cinco laureadas por el premio internacional L’Oréal-UNESCO para Mujeres en la Ciencia. El jurado argumentó que le otorgaron este premio por el desarrollo de técnicas computacionales de avanzada para el estudio de la física de la materia cuántica. Y porque las aplicaciones creativas e innovadoras de estas técnicas constituyen una contribución fundamental para el entendimiento de sistemas nanoscópicos y materiales novedosos.
-¿Cómo te enteraste que habías sido seleccionada para recibir el premio L’Oréal-UNESCO?
-Fue una sorpresa total, de esas que te cuesta creer. Una mañana recibí un llamado telefónico de procedencia desconocida en la que me transmitieron la noticia. Obviamente me puse muy contenta, es una enorme satisfacción cuando el trabajo de uno es reconocido. Los primeros en enterarse fueron los miembros de mi familia.
-¿Querés contar de qué se trata tu campo de investigación principal y qué es lo que más te fascina de trabajar en el mismo?
-Investigo las propiedades cuánticas de la materia condensada. En particular, desarrollo y aplico métodos computacionales para el cálculo de propiedades electrónicas y magnéticas de materiales y de sistemas nanoscópicos. Lo que más me fascina de trabajar en estos temas es que el comportamiento de la materia es muy complejo y aparecen lo que llamamos propiedades emergentes como por ejemplo la superconductividad, las propiedades aislantes o metálicas, el magnetismo, que no se pueden predecir de conocer las propiedades de los átomos constituyentes. El todo no es la suma de las partes y este es el desafío. Los zetta electrones (mil millones de billones) en el material interactúan entre sí dando lugar a comportamientos en principio impredecibles.
-¿Cuál es el principal desafío en este campo?
-Nuestro desafío es modelar estos sistemas captando las interacciones fundamentales, considerando simetrías y aun así nos queda un problema de los más complejos de la física para resolver. La mayoría de las veces sólo se puede atacar con cálculo numérico. Para nuestras simulaciones numéricas usamos conceptos de información cuántica para retener solamente los estados más relevantes.
-En tu carrera científica, ¿cuáles considerás que fueron los grandes hitos?
-Uno de los trabajos que tuvieron más repercusión fue el desarrollo de una técnica computacional para el cálculo de propiedades dinámicas de electrones en materiales con interacciones fuertes. La técnica se basa en el uso inteligente de la información cuántica para considerar los estados más relevantes de entre la inmensa cantidad de estados disponibles. Estos materiales se encuentran entre los más interesantes actualmente por sus propiedades emergentes como la superconductividad de alta temperatura crítica, la magnetorresistemcia colosal, el magnetismo, las propiedades metálicas y aislantes, entre otras y pueden tener aplicaciones relevantes.
-¿Y cuál fue el siguiente paso?
-Luego implementamos esta técnica en otro de los métodos numéricos más usados para el cálculo de estos sistemas logrando así una técnica muy precisa. Finalmente, gracias a este método, el año pasado logramos encontrar la existencia de una cuasipartícula (una partícula que emerge de las interacciones) nueva y explicamos cómo se genera. Ahora estamos intentando entender cuál es el rol de dicha cuasipartícula en propiedades fundamentales en estos materiales.
-¿Qué es para vos la física y por qué te gusta ser científica?
-La física es una de las ciencias naturales fundamentales que estudia la materia y la energía y su comportamiento en el espacio-tiempo relacionado con las fuerzas fundamentales. Su espectro es muy amplio, variando desde lo más básico hasta las aplicaciones. Sus conceptos se basan en la simplificación, en la utilización de simetrías, en la búsqueda de comportamientos universales, en la separación de escalas de energía. Su lenguaje es la matemática. Hacer investigación científica significa ser parte de una de las expresiones colectivas más apasionantes del intelecto humano.
-¿Qué se necesita para trabajar en la física?
-Se requiere mucha creatividad y pensamiento lateral. También me gustan los valores básicos de la actividad científica como la honestidad intelectual, el rol fundamental de la evidencia experimental, el pensamiento crítico, la universalidad y transversalidad del conocimiento y la construcción sobre el conocimiento previo.
-¿Ser mujer significó para vos alguna desventaja en esta carrera científica?
-No, porque tuve el estímulo desde pequeña, tanto desde mi familia como desde mi escuela y colegio. Sin embargo, no es la situación más común, no sólo para las niñas sino también para jóvenes provenientes de sectores carenciados.
-Tenés dos hijos, y tu esposo es físico: ¿buscaron inculcarles a sus hijos la vocación científica? ¿Qué estudiaron y/o a qué se dedican ellos?
-La cultura científica fue y es un aspecto cotidiano en nuestra familia. Nosotros buscamos darles a nuestros hijos una educación igualitaria y lo más amplia posible para proveerles de herramientas para elegir su propio camino. Nuestra hija estudió medicina en la UBA y actualmente está haciendo la residencia en ginecología y obstetricia. Y nuestro hijo estudió ciencias de la computación y actualmente trabaja en Google en Suiza.
-Sos miembro del Consejo Directivo las conferencias Pugwash, ¿cómo llegaste a participar en estas reuniones?
-Desde estudiante, me interesaba el rol social de los científicos y la consecuencia de los desarrollos tecnológicos, especialmente el de las armas nucleares. Discusiones interesantes sobre este tema con Luis Masperi me acercaron a las Conferencias Pugwash para Ciencia y Asuntos Mundiales, del cual formo parte de su consejo directivo. Esta organización, creada por Albert Einstein y Bertrand Russell en 1957 y ganadora del premio Nobel por la Paz en 1995, convoca a científicos, políticos y tomadores de decisión para discutir racionalmente y apelando al conocimiento científico, el desarme nuclear y otros temas en la frontera entre la ciencia y la sociedad.
EL “SELLO” DEL BALSEIRO
La oficina de Karen Hallberg, ubicada en el primer piso del edificio del grupo de Teoría de la Materia Condensada, a dos cuadras de las aulas del Instituto Balseiro en el Centro Atómico Bariloche, tiene desde libros de física hasta una colección las banderas de las naciones del mundo. En una de las paredes, se puede ver el manifiesto Russell-Einstein contra el uso bélico de la energía nuclear, una postal de la bandera multicolor de la paz y también fotos de personas que marcaron la historia en distintas escalas. Algunas de las figuras son Albert Einstein, Bertrand Russell y José Antonio Balseiro. Balseiro fue el fundador y el primer director del instituto donde Hallberg ingresó en 1984 para estudiar física.
En el hoy llamado Instituto Balseiro (había sido creado con el nombre de “Instituto de Física de Bariloche” en 1955), Hallberg realizó su tesis de Licenciatura en Física en el Laboratorio de Bajas Temperaturas del Centro Atómico Bariloche bajo la dirección del físico Francisco de la Cruz, en 1986-1987. En esa época justo se habían descubierto los superconductores de alta temperatura crítica, cuyos descubridores se alzaron con el Premio Nobel de Física en 1987. “El ambiente era de mucho entusiasmo porque en el CAB-IB habían logrado crecer los nuevos materiales y reproducir los resultados en unos pocos meses. Ahí estábamos nosotros, midiendo la nueva superconductividad, fueron momentos inolvidables”, recuerda Hallberg.
“En 1992, realicé mi doctorado en teoría cuántica de la materia bajo la dirección de Carlos Balseiro. En 1993, viajé a Alemania con mi familia, compuesta por mi marido, mi hijo de entonces 4 años y mi hija de 1 año. Hice estadía posdoctoral en dos institutos Max Planck en ese país”, enumera Hallberg ante la consulta de cómo fueron los años posteriores a recibirse.
Hallberg, que en su época de adolescente fue elegida reina de la Fiesta Nacional de los Estudiantes en representación de Jujuy, la misma fiesta que coronó reinas a modelos argentinas como Daniela Cardone y Carolina Ardohain, “Pampita”, cuenta que en 1997 volvió a la Argentina con un puesto de investigadora del CONICET. Allí comenzó a trabajar en el grupo de Teoría de Sólidos del Centro Atómico Bariloche. Desde 1998, es profesora en el Balseiro.
-Viajando un poco en el tiempo, ¿cómo te enteraste sobre la posibilidad de estudiar la Licenciatura en Física en el Instituto Balseiro?
– Me enteré del Instituto Balseiro en Jujuy, me comentó Oscar Marín, el querido rector de mi colegio, el Colegio Nacional, que aspiraba al máximo nivel de educación secundaria. Quiero destacar que mi educación fue realizada en totalidad en escuelas y colegios públicos de la Argentina, a quienes les debo gran parte de mi formación.
-Para ingresar al Balseiro hay que realizar los primeros dos años en otra universidad. ¿Dónde hiciste los estudios previos?
-Cursé materias de las carreras de Ingeniería Electrónica y de Física en la Universidad Nacional de Rosario. Me encantaban las clases de Roberto Rivarola y recuerdo la emoción cuando nos explicó la ecuación de Schrödinger, que es la ecuación fundamental de la mecánica cuántica. También me copé con las matemáticas.
-¿Qué opinás sobre la formación que recibiste en el IB? ¿Qué es lo que más valorás?
-La educación que recibí en el IB fue no sólo excelente, sino especial, particularmente por la posibilidad de una dedicación completa al estudio, la disponibilidad de los docentes, el equipamiento experimental y computacional y en general el excelente ambiente de estudio. Pero lo más importante fue la forma en que los docentes nos transmitieron la pasión por el trabajo científico-tecnológico.
-En tu rol de docente, ¿qué buscás generar en los estudiantes?
-Busco generar en mis estudiantes la pasión por la investigación, la importancia de postular las preguntas más relevantes y la búsqueda de soluciones creativas a los problemas. También le doy mucha importancia a la ética en le investigación, a la honestidad intelectual, al respeto por el trabajo de los otros, a la responsabilidad social que tenemos los científicos de usar el conocimiento adquirido con fines pacíficos y en beneficio de la humanidad y el respeto por la naturaleza.
-En el Instituto Balseiro, hay un promedio de 10% de mujeres en la Lic. en Física. ¿Por qué te parece que ocurre esto?
-En general hay pocas mujeres que eligen física o ingenierías (o matemática o computación científica) como carrera, estimamos menos de un 30% a nivel nacional. A mi entender, esto se basa principalmente por una cuestión cultural y de preconceptos. Esto se exacerba en el IB porque, además, requiere de un esfuerzo adicional que es instalarse en Bariloche lejos de las familias. ¡El hecho que el IB sea exigente y aspira a formar profesionales de punta para mí fue un desafío más que interesante!
-En el imaginario social, se suele pensar que los científicos son una especie de “nerds” que sólo se dedican a estudiar. Para desmitificar un poco este terreno, ¿querés contar qué hobbies o deportes practicás?
-Toco el piano y el violoncello, tomo clases y toco en grupos de cámara. También soy una fanática del tenis, que juego desde muy chica a nivel competitivo. Hago yoga que me ayuda mucho con la concentración para mi trabajo de investigación. Salgo a correr, en bici, y a caminar por la hermosa naturaleza patagónica, me gusta andar en kayak, practicar esquí y nadar en los lagos.
-¿Querés agregar algo más?
-Me gustaría destacar que la actividad científica no se realiza en soledad y los descubrimientos y desarrollos no se generan de la nada. Se construye sobre el conocimiento que generaron otros, aportando ideas y desarrollos logrados en equipo, con colegas y estudiantes. Este premio es, en realidad, un reconocimiento a muchísima gente, a mi familia, maestros y profesores, a mis estudiantes y colegas y a mis mentores: Carlos Balseiro, Blas Alascio, Paco de la Cruz y Luis Masperi.
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Por Laura García Oviedo
Área de Comunicación Institucional
Instituto Balseiro
San Carlos de Bariloche, 11/02/2019
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